El presidente interino de Guinea Bissau, Raimundo Pereira, y el primer ministro, Carlos Gomes Junior, se encuentran detenidos en dependencias castrenses, han informado este viernes fuentes militares guineanas.

Pereira está retenido en el cuartel que alberga la sede del Estado Mayor en Bissau, mientras que Gomes ha sido trasladado a un centro de formación militar situado en la localidad de San Vicente, a algo más de 40 kilómetros de la capital, agregaron las citadas fuentes.

Pereira y Gomes, este último candidato favorito para ganar las elecciones presidenciales del próximo 29 de abril, fueron detenidos durante el golpe de Estado perpetrado a última hora de este jueves, durante el cual fueron atacadas las viviendas de ambos dirigentes en Bissau. Mientras los dos altos cargos siguen bajo arresto, el Ejército guineano ha convocado una reunión con los responsables de los principales partidos políticos para intentar buscar una salida a la crisis.

Además, la radio nacional ha reanudado la emisión de música revolucionaria de la época de la lucha armada contra la colonización portuguesa y ha emitido el comunicado militar en el que ha convocado a los partidos a una reunión en la sede del Estado Mayor.

El intento de golpe de Estado, en el que los militares asaltaron los centros neurálgicos del poder civil, se produce cuando el país se encuentra en pleno proceso electoral. Guinea Bissau tenía previsto celebrar la segunda ronda de sus comicios presidenciales el próximo 22 de abril, aunque este jueves mismo fueron pospuestas una semana por la Comisión Electoral Nacional (CEN), que no dio razón alguna para ello.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el Consejo de Seguridad han condenado este viernes el golpe de Estado y han pedido la "liberación inmediata" del presidente interino y del primer ministro Ban "condena en los términos más enérgicos la toma inconstitucional del poder a manos de las Fuerzas Armadas", dijo su portavoz, Martin Nesirky, en un comunicado en el que también se pide la liberación "inmediata y sin condiciones" de todos los detenidos en la asonada.

El máximo responsable de la ONU subrayó además "la necesidad de que las fuerzas armadas y sus líderes respeten las autoridad civil, el orden constitucional y el estado de Derecho", y les pide que den los pasos necesarios para devolver el país a un Gobierno civil".

En términos similares se expresaron los quince miembros del Consejo de Seguridad, quienes, tras recibir a puerta cerrada detalles de la situación en el país y tras una declaración inicial por parte de su presidenta de turno, la embajadora estadounidense Susan Rice, acordaron por unanimidad un comunicado formal de condena.

"Los miembros del Consejo de Seguridad piden a los militares que garanticen la seguridad y la protección del presidente interino y del primer ministro, así como de todos los funcionarios detenidos, y solicita su liberación inmediata", señaló el comunicado. El documento, además de condenar "enérgicamente" la toma del poder por parte de los militares y de pedir la "restitución inmediata del orden constitucional", incluye "una firme denuncia" a la "incursión de los militares en la política".

Los golpes militares en la excolonia portuguesa han sido una constante en los últimos años y reflejan la inestabilidad política del país, que se ha convertido en un importante lugar de tránsito del tráfico de droga que llega a Europa procedente de Latinoamérica.