David R. Caballero, el artista español de moda en Nueva York

El escultor español afincado en Nueva York, David Rodríguez Caballero.
El escultor español afincado en Nueva York, David Rodríguez Caballero.
JORGE PARÍS
El escultor español afincado en Nueva York, David Rodríguez Caballero.

Es el artista más joven de la galería Marlborough Nueva York, que es a las galerías lo que Tiffany a las joyerías. Es la que expone o ha expuesto obras de Francis Bacon, Manolo Valdés, Warhol, Jasper Johns, Miró o Lucian Freud. Recién llegado a ese templo de arte está David Rodríguez Caballero, que simplemente nació en Palencia y creció en Pamplona en una casa normal con una familia normal y con padres de nombre normal: Ángel Rodríguez y Carmen Caballero.

Como casi cualquier hijo de la democracia, estudió una carrera, Bellas Artes en Vizcaya. Y como otros tantos, trabajó mientras tanto de camarero. Por ejemplo, sirviendo copas en las barras de los sanfermines y doblando turnos también de madrugada para "sacar pasta". Por si acaso, además de Pintura, estudió Conservación como un modo de asegurarse ingresos si lo de ser artista le iba mal. Simplemente otro aspirante a artista. Por si acaso. Ahora vive de su arte y en un loft de uno de los barrios más pijos de Manhattan, Tribeca (Triangle Below Canal Street), una casa taller donde duerme de noche y trabaja de día y de noche.

Tiene 41 años (sí, los tiene), es un cotizado artista en el mercado y sorprendentemente modesto. Habla con la naturalidad y la sensatez de un profesor de ESO o un médico de cabecera: "Me alegra que me compren cuadros y estar al lado de Botero, pero me sorprende más que haya alumnos de una universidad que hagan un taller sobre mi obra. Llegar aquí ha sido un proceso natural, aunque a veces me da vértigo la estructura que tengo". Se refiere a una nave en Arganda (Madrid) de 400 metros cuadrados, dos empleados que trabajan para él y una decena de trabajadores indirectos. Además del piso alquilado de Manhattan y los vuelos sobre el Atlántico cada dos por tres. Y las cenas con coleccionistas. Y exponer en Arco. Y Navarra. Y La Rioja...

¿Qué pasó para que un chico de Pamplona de clase media acabara como uno de los artistas de moda de la capital del arte? Lo que pasó se llama Pierre Levai y es el presidente de la galería Marlborough. Estaba de viaje en Madrid. Le hablaron de Rodríguez Caballero: "A mí me avisaron de que estaba viendo obra en la ciudad, tenía un catálogo de nombres entre los que estaba el mío. Yo estaba en mi taller y me mandaron un mensaje: "Vamos para allá". Es el día más importante de mi vida, el día que lo cambió todo... Más bien el día que lo orientó todo, porque lo cambié yo".

Se levanta a las 5.30 horas en su adorada Nueva York, que lo apasiona y a veces lo aprisiona, como pasa con las grandes ciudades. Pero David no se deja gobernar, por eso y por casi nada, porque tiene un plan. No tontea, sale poco y no pierde el tiempo.

Tiene la 'T' de trabajo grabada en las pupilas, no pierde el rumbo. Es tan mental y sensato como su obra. Hasta puede que el artista haya devorado a David. "Siempre lo tuve claro, siempre estuve enfocado en esto, jamás me ha pasado algo que me saque del carril, por ejemplo, la típica historia de un broker que lo dejó todo y se fue a fabricar zapatillas a Australia".

Está concentrado en trabajar en obras que le comprarán coleccionistas de Estados Unidos, oligarcas peruanos o venezolanos o alguna celebrity, como el presentador de televisión Nate Berkus. Y está centrado en el aluminio, que lija y luego pliega como si fuese papel. Él lo llama pintar con aluminio: "A través de la erosión y de quitar material estoy pintando".

Y el metal, tan frío, tan poco sentimental, ¿no?: "La luz y el material son muy importantes en mi obra, que es mental. Pero también es sensación, emocional y retiniana". Si es verdad que hay un momento vital que lo cambia todo, este es el suyo: "Siempre he llegado tarde a algunas cosas, por ejemplo a comprar pisos. Ahora tengo la certeza de que estoy donde tengo que estar".

Sobre la mesilla

  • Un libro: 'Devuélveme a las once menos cuarto', de Víctor Charneco. Editorial Carena. Me enganchó la lectura porque a partir de la introducción de un elemento irreal realiza un profundo análisis de nuestra realidad, indagando en las preocupaciones y los motivos del individuo contemporáneo, en las de cualquiera de nosotros. (Sale a la venta el 20 de abril).
  • Una canción: 'La tarde' interpretada por Javier Colina. Me gusta porque me traslada siempre que la escucho. ¿Qué más se puede pedir a una canción?

Nada impersonal

  • Nació en Dueñas (Palencia) el 29 de mayo de 1970. Es palentino por empeño de su madre, que se fue a dar allí a luz por tradición familiar.
  • Estudió Bellas Artes en la Universidad del País Vasco en Leioa (Vizcaya). Antes estudió en estrictos colegios religiosos.
  • Familia. Por el momento, soltero y sin hijos. Tiene dos sobrinos, Pablo y Clara, a los que adora. Está muy unido a su hermana Mar.
  • "El amor es algo que estamos anhelando y que a la vez estamos rechazando".
  • Jazz, deporte y ver exposiciones son sus aficiones. Frecuenta Smalls, un mítico local de jazz en la Gran Manzana.
  • De mayor le gustaría ser... "jardinero".
Mostrar comentarios

Códigos Descuento