40 horas de trabajos comunitarios para un menor sin carné que atropelló a la exnovia de su hermano

La Audiencia de Cantabria ha impuesto una pena de 40 horas de trabajos en beneficio de la comunidad para un menor que, pese a carecer de carné de conducir, atropelló a la exnovia de su hermano Fue en agosto de 2010, cuando el condenado, que entonces tenía 17 años de edad, se acercó a las inmediaciones del domicilio de la nueva pareja de la exnovia de su hermano, junto a él, pese a que un Juzgado había dictado una prohibición de acercamiento respecto a este último Cuando la joven y su novio entraron al garaje, el menor condenado les estaba esperando, llevando una barra de hierro. Ella le advirtió de que llamaría a la Policía, y entonces el procesado entró en el coche de su hermano, arrancó y, al dar marcha atrás, la golpeó, de modo que cayó al suelo.

La Audiencia de Cantabria ha impuesto una pena de 40 horas de trabajos en beneficio de la comunidad para un menor que, pese a carecer de carné de conducir, atropelló a la exnovia de su hermano

Fue en agosto de 2010, cuando el condenado, que entonces tenía 17 años de edad, se acercó a las inmediaciones del domicilio de la nueva pareja de la exnovia de su hermano, junto a él, pese a que un Juzgado había dictado una prohibición de acercamiento respecto a este último

Cuando la joven y su novio entraron al garaje, el menor condenado les estaba esperando, llevando una barra de hierro. Ella le advirtió de que llamaría a la Policía, y entonces el procesado entró en el coche de su hermano, arrancó y, al dar marcha atrás, la golpeó, de modo que cayó al suelo.

Entonces, el menor se bajó del coche para pasar a ocupar el asiento del copiloto, y se dieron a la fuga.

Como consecuencia del atropello, la joven sufrió distintas lesiones.

El menor, constata el fallo, tenía un entorno familiar normal y un estilo de vida organizado. En tercero de ESO, abandonó los estudios, y desde entonces colaboraba con la explotación ganadera de su familia y en trabajos ocasionales de albañilería.

Por estos hechos, el Juzgado de Menores le había condenado inicialmente a 60 horas de trabajos en beneficios de la comunidad, por delitos de amenazas, contra la seguridad vial y de lesiones, así como a indemnizar a la víctima con 405 euros.

Pero tras un recurso, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria, se descarta el delito de amenazas, que el Juzgado consideraba que había cometido el menor, cuando, portando la barra de hierro, advirtió al nuevo novio de la chica de que le iba a matar.

Una expresión que ahora no se considera probada, y que, en cualquier caso, no fue denunciada, ya que la denuncia de los hechos partió de la chica, la víctima, y se ceñía a las lesiones.

Además, en el juicio el nuevo novio de la chica achacó esas amenazas a la anterior pareja, y no al menor condenado. Pese a que se le tomó declaración y mostró su intención de seguir adelante con la denuncia, nunca llegó a formalizarla, requisito necesario para una condena.

La propia víctima no llegó a relatar la amenaza en boca del menor, que portó la barra, pero se limitó a decir que no la soltaría, y sí en palabras del hermano, su exnovio, aunque luego se contradijo en varias ocasiones respecto a este testimonio.

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