El Cabildo de Tenerife, a través del Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), ha gestionado a lo largo del presente año la participación de 53 menores y 50 familias —más otras cinco que se encuentran en los trámites previos— en el Programa de Familias Solidarias, una iniciativa que está destinada a niños que se encuentran en acogimiento residencial debido a que sus padres no pueden hacerse cargo de su educación y cuidado, y con la que se busca que puedan mantener contactos con familias del entorno con las que realizar salidas puntuales o actividades de fin de semana.

El proyecto nació en 2005 con la intención de proporcionar a los niños y niñas una atención individualizada que repercuta en la mejora de la calidad de vida a través de la relación cercana, familiar y afectuosa. Dicha relación se produce durante la realización de salidas que van desde unas horas hasta incluso el disfrute de periodos vacacionales, hecho que se determinará en función de las características de los niños y la disposición de las familias.

Dentro del proyecto, las edades y características orientan la línea de colaboración. Por un lado, los menores de 10 años requieren por parte de las familias solidarias mayor nivel de implicación y presencia en la vida de los niños. Estos niños reclaman atención y constancia en la relación. Por otro lado, los mayores de 10 años necesitan y reclaman otro tipo de relación basada en la referencia afectiva que se puede construir en el contacto no tanto del día a día, sino en una relación donde el adolescente siente que tiene un adulto —que puede ver con frecuencia o no— pero al que puede llamar para compartir una tarde o para contarle sus inquietudes y logros.

En este sentido, la demanda de las familias va en la misma línea, pues hay familias que solicitan tener mucha presencia en la vida cotidiana de los niños y otras que lo que reclaman es poder ofrecer espacios puntuales con los adolescentes para acompañar al futuro joven en lo que vaya precisando.

Los niños y niñas que participan en este proyecto disfrutan de las actividades de ocio que realiza la familia que se les asigna. Así, pueden reunirse con los colaboradores durante el día o a lo largo del fin de semana para llevar a cabo salidas al cine, a la playa, ir al parque o realizar visitas de interés. En las actividades de fin de semana o periodos vacacionales se integran en la dinámica familiar; de esa forma, pernoctan en el domicilio y siguen el ritmo normal de la familia solidaria.

Una experiencia positiva

Según ha destacado la consejera responsable del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria, Margarita Pena, "la experiencia de esta iniciativa a lo largo de estos años es muy positiva, ya que se ha podido constatar que los pequeños evolucionan notablemente cuando, además de la atención educativa recibida desde los hogares, participan en un entorno familiar". "Queremos agradecer la solidaridad a estas familias que, de forma desinteresada, se ponen a disposición de nuestros niños y niñas", agregó.

Pena ha resaltado que cuando se pregunta a las familias solidarias por qué lo hacen o por qué continúan en este proyecto, la mayoría contesta que inicialmente se acercaron al proyecto por colaborar, pero que permanecen porque reciben mucho más de lo que dan. "Tener la oportunidad de formar parte de la vida de estos niños y acompañarlos en su proceso de desarrollo es una gran oportunidad para las propias familias", apostilló.

La consejera delegada del IASS ha informado de que a finales del próximo mes de abril se llevará a cabo la celebración de un encuentro en el que participarán todas las familias participantes del proyecto. Tendrá como finalidad fomentar la existencia de un espacio con una parte formativa sobre aspectos relacionados con el sistema de protección de menores y otra más donde cada familia pueda compartir su vivencia.