Volver al pueblo para huir de la crisis: un recurso que aumenta pero no termina de cuajar

  • Cada vez más gente se plantea ir a vivir al campo, huyendo del paro en la ciudad.
  • Pocos lo consiguen por falta de trabajo, viviendas de alquiler e infraestructuras.
  • "La gente se olvida de que en los pueblos también hay facturas que pagar", advierten en Abraza la Tierra, organización que asesora a nuevos pobladores rurales.
La familia de Pepi García (en la foto junto a su marido y sus hijas) busca un pueblo "pequeño" para ganar en calidad de vida.
La familia de Pepi García (en la foto junto a su marido y sus hijas) busca un pueblo "pequeño" para ganar en calidad de vida.
La familia de Pepi García (en la foto junto a su marido y sus hijas) busca un pueblo "pequeño" para ganar en calidad de vida.

"Si esto empeora, nos vamos al pueblo, ponemos un huerto y de hambre no moriremos". ¿Le suena la cantinela? La crisis y el paro dilatado dificultan la supervivencia en las ciudades y cada vez son más los que fantasean con volver a la vida campestre, que idealizan barata y fácil.

Pero la realidad es distinta, como no se cansan de explicar los promotores de Abraza la Tierra —una entidad que asesora, informa y acompaña a nuevos pobladores rurales—: "A los pueblos hay que venir con un proyecto laboral, que aquí también hay facturas que pagar y nadie, absolutamente nadie, regala nada", advierte la coordinadora Eva González.

En los últimos tres años, Abraza la Tierra ha visto multiplicarse "exponencialmente" el número de peticiones de ayuda para encontrar casa y trabajo en algún pueblo de España. Su web ha recibido —desde 2008— más de 7.700 peticiones de ayuda, un 50% más que en el trienio anterior, y con mensajes que son auténticos S.O.S.

Familias desesperadas

Un vistazo rápido al foro da cuenta de la dramática situación que viven las personas que quieren cambiar asfalto por tierra. Una "madre soltera" escribe: "Actualmente me ayuda Caritas y la Cruz Roja en algo de alimentación, cosa que agradezco mucho. Pido desde mi angustia y desesperación una vivienda en un pueblo y un trabajo digno para poder sacar mi familia para adelante".

El mensaje que le sigue dice : "Hola, somos una pareja de 26 años con una niña de 4 años. Nos gustaría encontrar pueblo para repoblar, para empezar nueva vida, no nos importa la zona. Agradecería información ya que nuestra situación es límite. Gracias y un saludo". Y así... decenas de mensajes, día tras día.

Antes teníamos una bolsa de empleo rural. Ahora no hay ni una oferta de trabajo por cuenta ajena La coordinadora Eva González reconoce que están desbordados por las solicitudes de información de personas de un mismo perfil: "Gente cuyo proyecto de vida se ha deshecho por la crisis. Gente en paro que no encuentra trabajo, que va perdiendo las ayudas públicas y que se encuentra sin nada". Les llaman incluso desde los Servicios Sociales de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas para ver qué pueden ofrecerles a estas familias desesperadas.

El reclamo de noticias en televisión de pueblos que ofertan casas gratis a cambio de habitantes está creando la sensación de que hay futuro en los pueblos. Pero González advierte del espejismo: no se regala nada. Las casas prometidas hay que construirlas desde los cimientos, para lo que es necesaria una financiación a la que estas familias no tienen acceso. "Se crea la sensación de que en los pueblos, sólo porque venga gente, tenemos la obligación de dárselo todo gratis, como si en la  ciudad se regalara algo... los alquileres hay que pagarlos y si quieres tu propia casa, la has de pagar".

En Abraza la Tierra insisten en que en el campo no está la salida de la crisis para personas sin recursos. "Antes sí teníamos una buena bolsa de empleo. Ahora no hay ni una oferta de trabajo por cuenta ajena", dice Gonzalez, que reconoce que están "cerrados en banda" a asesorar a este perfil, pero anima a los que tengan posibilidades para invertir en su propio oficio o trasladar su actividad a un pueblo a que apuesten por dinamizar la vida rural.

Falta de oportunidades

Los grupos de acción local de Abraza la Tierra tienen sus bases operativas en Aragón, Cantabria, las dos Castillas y Extremadura. Recientemente, sus técnicos celebraron un encuentro para analizar la repoblación de sus zonas. La conclusión que sacaron es que no se está produciendo el éxodo de vuelta al campo.

Desde Almazán, Soria, Juan Carlos Aguilar asegura que en los ocho meses que lleva de voluntario rural "no ha venido ni un nuevo poblador a instalarse a mi zona. Solo vuelven los que han estudiado en la ciudad y regresan, por la crisis, a casa de sus padres".

Y no es por falta de voluntarios. Aguilar colgó en la web de Abraza la Tierra un anuncio del traspaso de la única tienda de alimentación del pueblo soriano de Tarcuende (500 habitantes) por jubilación de la dueña. La oferta atrajo en solo dos días la atención de 60 familias de toda España. Contactó con todas y la mayoría respondían al mismo patrón: "Los dos miembros de la pareja en paro, niños a cargo y ningún ahorro".

La familia de Pepi García (en la foto) hizo la maleta y fue a visitar el pueblo y la tienda.  Peluquera de profesión con su marido trabajando en la construcción y ambos viviendo con sus dos niñas en Bullas, Murcia (13.000 habitantes), Pepi está buscando un pueblo que le permita vivir "una vida más tranquila", en una "casa con patio". También le gustaría "que hubiera poco tráfico, para que las niñas puedan jugar en la calle", explica.

Pero ese lugar no es Tarcuende. "El traspaso que pedía la dueña de la tienda era una barbaridad", pone como principal obstáculo. Además, no había casas para alquilar. "Nos hablaron de un piso al que había que hacerle una reforma. Para eso nos quedamos en Bullas", resume Pepi.

El técnico Aguilar, que enseñó Tarcuende a Pepi, reconoce que la falta de alquileres en los pueblos pequeños detrae a los nuevos pobladores. "Aquí a los vecinos no les hace falta el dinero y prefieren tener las casas vacías a ponerlas en alquiler".

Una oferta de guardés, cien demandantes

Andrés Martín y su pareja llevan en el paro desde diciembre y están buscando una "oportunidad" en un pueblo "en cualquier punto del mundo". Piden un trabajo que les permita tener "lo básico, una casita, un trocito de huerto y cuatro gallinas". Intentaron entrar de guardeses en una masía de Lleida, pero pese a su dilatada experiencia en el campo —donde ha sido pastor, agricultor y camarero— no resultó elegido. "Recibieron cientos de currículum y muchos eran de ingenieros", cuenta Martín.

A los vecinos no les hace falta el dinero y por eso no alquilan las casas vacías En Internet hay varios foros, además del de Abraza la Tierra, en los que los urbanitas se lanzan a la búsqueda de información sobre oportunidades rurales.

David Salgado, un joven gallego, puso un anunció en el de Personas en acción. En él decía que buscaba una oportunidad laboral en el campo, haciendo lo que fuera. "Pensaba que iba a recibir muchas ofertas, pero llegaron cuatro. Al final, ninguna se materializó", explica Salgado. Quería un trabajo "con ganancia digna o por lo menos con los gastos cubiertos", ante la falta de perspectivas en su A Coruña natal. Estuvo cerca de irse de guardés de la vivienda en España de un artista internacional "un tanto descuidado" del que no da nombre. Pero no se pusieron de acuerdo.

Salgado sigue empecinado en marcharse a vivir al campo. No ve otra opción, aunque de momento intenta ahorrar un poco para poder mudarse a una finca cedida por un familiar en Ourense. "No voy a esperar a que banqueros y políticos arreglen la crisis. Prefiero empezar de abajo a arriba en el pueblo que seguir cayendo poco a poco en la ciudad".

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