Quedan libres los dos empresarios acusados de hacer pagos a ETA

Ambos niegan que hubieran dado dinero a los etarras. Zapatero informará esta semana del inicio del diálogo con la banda.
El juez Marlaska dejó ayer en libertad a los empresarios navarros José Azpiroz y Juan Saralegi, detenidos el viernes acusados de pagar a ETA el impuesto revolucionario. El magistrado adoptó esta decisión después de que la Fiscalía no solicitase ninguna medida cautelar contra los dos empresarios, que en su declaración negaron haber dado dinero a los etarras.A pesar de quedar libres, Azpiroz y Saralegui, socios de una constructora, siguen imputados ya que el juez considera que ambos pagaron a ETA 54.000 1 para favorecer el «proyecto de paz». El pago, según el magistrado, fue «voluntario» y se efectuó después del alto el fuego.

Hoy le toca el turno en la Audiencia Nacional a Gorka Aguirre, miembro de la ejecutiva del PNV, acusado de ser intermediario en el cobro del impuesto revolucionario. Aguirre no acudirá por estar de baja médica.

Por otro lado, el Gobierno aseguró ayer que Zapatero acudirá esta semana al Congreso para informar sobre el inicio del diálogo con ETA.

Sólo imputados, no detenidos

Hasta la fecha, ningún empresario había sido detenido por pagar el impuesto revolucionario. «El juez Garzón comenzó en 1998 un sumario que incluye la lista de todos los empresarios, ya docenas, que supuestamente han pagado dinero a ETA. Excepto estos dos empresarios navarros, ninguno ha sido detenido, sólamente imputado. Garzón entendía que aunque habían pagado tenían eximentes en su delito de colaboración con banda terrorista, fijados en el artículo 20 del Código Penal: miedo insuperable y estado de necesidad para evitar un mal propio o ajeno. Garzón no les detenía, sólo les imputaba y les tomaba declaración. Ahora Marlaska ha cambiado de actitud. Este delito está castigado con una pena de entre cinco y diez años de prisión», explica a 20 minutos un abogado que ha defendido a varios de estos empresarios.

A patadas contra el cristal

Los etarras Jesús Etxeberria y Ángel Aranburu tuvieron que ser esposados ayer durante su juicio después de que intentaran romper a patadas el cristal de la sala blindada en la que comparecían. Los dos imputados, que se negaron a declarar, están acusados de matar a un guardia civil en 2002.

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