La UEMC estudia la formación de nubes en otros planetas para buscar futuras analogías climáticas en la Tierra

El proyecto trata de averiguar por qué permanece activa una tormenta en Saturno desde 2010 o un anticiclón en Júpiter desde hace 300 años

Un investigador de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) de Valladolid participa en un estudio que tiene por objeto analizar la formación de nubes y otros fenómenos meteorológicos en distintos planetas del Sistema Solar para buscar futuras analogías climáticas en la Tierra.

El responsable de los departamentos de Ciencias Planetarias y del Espacio, José Francisco Sanz Requena, participa en este proyecto junto a la Universidad del País Vasco y cuenta con la colaboración de organismos internacionales como la NASA e investigadores de Reino Unido, Francia o Italia.

La investigación se ha centrado hasta la fecha en las atmósferas de Venus, Júpiter o Saturno a fin de encontrar "afinidades" con la terrestre, para lo cual éstas suponen "laboratorios naturales", según ha explicado Sanz Requena en declaraciones a Europa Press.

Así, entre las variables analizadas se encuentran las formaciones tormentosas, la velocidad del viento o la estratificación atmosférica.

Estos estudios, de acuerdo con la información facilitada por Sanz Requena, se han centrado, entre otras cosas, en estudiar una tormenta en Saturno que permanece activa desde el 5 de diciembre de 2010. Se trata de una depresión convectiva provocada por la ascensión de aire caliente condensado posteriormente, lo que ha generado una nube "gigantesca" que ha recorrido "todo el planeta" desde entonces.

El análisis de esta macrotormenta permitirá conocer "cómo se comportan en la Tierra los cumulonimbos que generan los chubascos típicos del verano, fruto de la evaporación de agua provocada por el calor.

La gran mancha roja de júpiter

Otro de los fenómenos estudiados por el equipo en el que participa este profesor de la UEMC es la conocida como 'gran mancha roja de Júpiter', un anticiclón cuyo tamaño engloba más de dos veces el diámetro de la Tierra y que permanece activo "desde hace 300 años". En él se dan vientos con una velocidad de hasta 400 kilómetros por hora.

Averiguar el por qué de estas situaciones es, como ha aclarado Sanz Requena, el objetivo fundamental del proyecto, que en el caso de Venus estudia su efecto invernadero "desbocado". "Allí la atmósfera tiene una densidad 200 veces superior a la de la Tierra y es capaz de fundir el plomo", ha indicado Sanz Requena.

En el proyecto, que coordina el profesor Agustín Sánchez La Vega del País Vasco, el docente de la UEMC es el responsable de supervisar el transporte de materia radiactiva dentro de la atmósfera de los distintos planetas para averiguar "cómo se forman las nubes". Dicho estudio comenzó hace cerca de 15 años, aunque Sanz Requena se ha incorporado en el último lustro.

"Todos estos son casos extremos, pero pueden ayudarnos a encontrar explicaciones o predecir muchos de los fenómenos de nuestro planeta", ha asegurado, al tiempo que ha mostrado la intención de los responsables de la iniciativa de extender su trabajo a Urano y Neptuno —conocido como el gigante de hielo—, e incluso fuera del Sistema Solar.

De su experiencia se desprende que de todos los analizados, Venus cuenta con la atmósfera más parecida a la de la Tierra "dentro de sus enormes diferencias", así como la del satélite de Urano Titán, que resulta "similar a como era la de la Tierra hace 5.000 millones de años", por lo que podría llegar a convertirse en lo que es hoy la del planeta azul dentro de ese tiempo. "Actualmente ningún planeta que conozcamos tiene una atmósfera como la nuestra", ha apostillado.

Medios técnicos

El proyecto cuenta para su desarrollo con los medios de la Sonda Casini —que orbita alrededor de Saturno—, varios telescopios instalados en Bilbao o Almería, el Hubbel, e imágenes ofrecidas por la NASA y por una empresa contratada que envía imágenes tomadas desde observatorios "de todo el mundo".

Para su financiación, el estudio cuenta con el apoyo del Gobierno por un periodo de tres años, dentro de un plan nacional, aunque Sanz Requena ha reconocido que la investigación "no cuesta mucho dinero", dado que el mayor desembolso lo suponen "los desplazamientos a congresos", si bien ha reconocido que las dificultades de algunos observatorios como el Gran Telescopio de Canarias suponen "afecta de manera importante".

Las nuevas tecnologías suponen, a juicio del profesor de la UEMC, otra oportunidad de investigación, ya que los nuevos telescopios de I+D+i "cuentan con cámaras especiales para detectar atmósferas planetarias".

Esto supone "una ventaja" para detectar planetas extrasolares cuya visualización "es muy compleja" y sólo es posible" a través de su silueta cuando se cruzan con una estrella". Sin embargo, suponen un material de estudio "ilimitado", dada la magnitud del universo.

Los trabajos del grupo que coordina Agustín Sánchez La Vega ha sido protagonistas de numerosas publicaciones internacionales, incluida la revista estadounidense Nature en 2011.

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