España es un país que dona bastante, pero gestiona muy mal, según un informe de una ONG

  • Ocupa el puesto 15 en una lista de 19 donantes que encabeza Noruega.
  • La ONG DARA pone a España como ejemplo de país que atiende las necesidades, pero luego no sabe gestionar y organizar con capacidad.
  • Según el informe, España destinó en 2011 un 0,43 % de su Producto Interior Bruto (PIB) a ayuda oficial al desarrollo.
Imagen de archivo de un grupo de refugiados de Darfur en el campamento de Kounoungou.
Imagen de archivo de un grupo de refugiados de Darfur en el campamento de Kounoungou.
Helene Caux
Imagen de archivo de un grupo de refugiados de Darfur en el campamento de Kounoungou.

España es un país importante entre la comunidad de donantes en la respuesta a catástrofes humanitarias, pero muestra falta de capacidad para gestionar su dinero, según un informe difundido por la organización no gubernamental DARA.

Según el trabajo presentado por esta ONG en la sede de la ONU en Ginebra, España ocupa el puesto número 15 en el Índice de Respuesta Humanitaria (HRI por sus siglas en inglés), lo que supone una mejora de dos puestos con respecto a la clasificación del año 2000.

El objetivo del HRI es cuantificar la ayuda de los países donantes, pero sobre todo "evaluar la calidad de esa ayuda, el grado de cumplimiento y la diferencia entre lo que los países dicen y hacen", dijo Fernando Espada, investigador de campo de DARA.

2011 es el año de referencia, en el que la ONU pidió 9.000 millones de dólares para atender las necesidad humanitarias de 50 millones de personas, de los que se recaudó el 62%, lo que supuso que "la respuesta no fuera completa y que se dejaran de lado las actividades de recuperación temprana", señala el informe de DARA.

El informe pone nota a los países por cinco "asignaturas": la respuesta a las necesidades, la prevención y la reducción de riesgo y riesgo y recuperación, el trabajo con socios humanitarios, la protección y las leyes internacionales, y la rendición de cuentas.

La evaluación sitúa a España en decimoquinta posición, en una lista de 19 donantes, con una nota de 5,46 puntos, y enmarca al país en el grupo de 'Actores aspirantes', naciones especialmente capaces en áreas específicas, ya sean regiones geográficas o áreas temáticas, y que aspiran a un papel mayor en el sector humanitario.

En este grupo figuran también Irlanda, Australia, Bélgica, España, Japón, Luxemburgo e Italia, que tienen por encima a los denominados 'Líderes en aprendizaje', entre los que están la Comisión Europea, el Reino Unido, Francia, Canadá y EEUU, actores con un claro papel de liderazgo en la respuesta humanitaria.

Todavía hay un escalón superior, el de los llamados 'Socios de principios', países generosos con un fuerte compromiso con los principios humanitarios de neutralidad, imparcialidad e independencia y abiertos a acuerdos de financiación flexible.

La clasificación la lidera Noruega, seguida de Dinamarca, Suecia, los Países Bajos, Suiza y Finlandia, países a los que se pone como ejemplo, pero que también tienen cosas que mejorar.

Philip Tamminga, director del informe, manifestó que "si un Gobierno incumple una o varias de sus obligaciones, incluso las mejores intenciones pueden ser insuficientes para ayudar de forma eficaz y adecuada a las personas que más lo necesitan".

España, ejemplo de desequilibrio

En este sentido, el informe indica que pese a que la capacidad internacional para asistir a las poblaciones que lo necesitan ha mejorado, siguen existiendo "obstáculos considerables" para atender con celeridad y de manera adecuada a las víctimas.

En el caso específico de España, Tamminga señaló que es un país que ejemplifica las consecuencias de los desequilibrios en la ayuda.

DARA explica que la ayuda española está dirigida a atender las necesidades, pero que es débil a la hora de colaborar con las organizaciones no gubernamentales y en lo que se refiere a la percepción por parte de sus socios con respecto a su capacidad y experiencia, elementos que le relegan a la decimoquinta posición.

"España ha demostrado compromiso con la atención a las personas más vulnerables. Ahora es el momento de que España demuestre su compromiso con una ayuda coherente y de calidad", dijo Tamminga.

Según el informe, España destinó en 2011 un 0,43 % de su Producto Interior Bruto (PIB) a ayuda oficial al desarrollo, porcentaje igual al de 2010, del que un 8,9% se dedicó a ayuda humanitaria, lo que representa once dólares por cada ciudadano español.

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