Un varón será juzgado este lunes en Valladolid acusado de intentar quemar a lo bonzo a su novia con alcohol

Se enfrenta a una posible condena de 5,5 años de cárcel

Un varón con iniciales R.R.H. que en febrero de 2009 trató, presuntamente, de quemar a lo bonzo a su novia con alcohol en Valladolid, será juzgado este próximo lunes. El acusado se expone a una pena global de cinco años y medio de cárcel.

En su escrito de calificación provisional, la acusación pública solicita para el procesado una pena de cuatro años de prisión por un delito de lesiones y otras dos condenas de nueve meses por un delito de maltrato sin lesión y otro de amenazas, junto con la prohibición del derecho a la tenencia de armas por espacio de dos años y de comunicar y aproximarse a la víctima, su domicilio o lugar de trabajo por idéntico periodo de tiempo y a una distancia no inferior a 500 metros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

En concepto de responsabilidad civil, el acusado, que ocupará el banquillo del Juzgado de lo Penal número 4, debería de indemnizar a su expareja con 9.000 y 720 euros por secuelas y lesiones, respectivamente, y al Sacyl con la cantidad que se determine en ejecución de sentencia por la asistencia sanitaria prestada a S.M.D.G.

El presunto agresor y su novia, quienes mantenían una relación afectiva y compartían el mismo domicilio, en pleno centro de la capital, sostuvieron una inicial discusión en la vía pública el 14 de febrero de 2009 motivada porque él pretendía conducir la motocicleta de ella, a lo que ésta se opuso ya que su novio por aquel entonces carecía de permiso de conducir.

Fue al llegar a casa cuando el acusado, supuestamente, propinó un puñetazo a la víctima, a la vez que sacó un cuchillo con el que le amenazó de muerte, aunque no consta que por tales hechos la novia sufriera lesión alguna.

Diez días después, sobre las 19.30 horas del 24 de febrero, el imputado, que carece de antecedentes penales, regresó a la vivienda en la que se encontraba su pareja, que ya había decidido poner fin a la relación y recogía sus cosas, y tras entrar en el baño salió con una botella de alcohol de quemar y preguntó a la joven si deseaba llamar a alguien.

Sus palabras y forma de proceder asustaron a la mujer, que cogió el teléfono móvil y llamó a su madre. Pero mientras hablaba, siempre según la versión de la acusación pública, el acusado arrebató el teléfono a su novia, roció su cabeza, brazos y pecho con el líquido inflamable y le prendió fuego con un mechero.

A consecuencia de ello, la mujer sufrió lesiones consistentes en quemaduras de primer y segundo grado en el antebrazo derecho, el abdomen y la región submamaria izquierda, las cuales precisaron únicamente para su curación de una primera asistencia facultativa, curas locales diarias durante unos veinte días y terapia psicológica.

Como secuelas, la víctima presenta un trastorno de estrés postraumático y diversas cicatrices dispersas .

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