Pero el servicio, que obliga a los hosteleros a pagar una cuota importante al Ayuntamiento, no sale gratuito para el cliente. La diferencia entre tomarse un café o una caña dentro o fuera puede ser brutal. Hasta 1,10 euros más se paga por una caña en las cafeterías de la Gran Vía o 90 céntimos más por un cortado en Albia.
De media, el aumento por consumir en la terraza llega al 20% del precio de la consumición, aunque puede alcanzar el 40%, según los datos recogidos por 20 minutos en un sondeo por varias zonas de terrazas de Bilbao.
La diferencia de los precios, básicamente, depende de la zona en la que esté el bar. Bilbao está dividido en siete categorías y la diferencia es, asimismo, muy amplia, y va de los 89 céntimos que se paga al mes por metro cuadrado en los barrios más periféricos a los 26,60 euros mensuales de la Gran Vía, una de las 12 calles consideradas de primera categoría.
El Área de Urbanismo ha denegado media docena de terrazas al considerar que se sitúan en lugares prohibidos, como junto a la parada de bus o al contenedor de basura.
Tabernaz taberna
Jorge Hervella Camarero del bar La Olla, en la calle Diputación
«Llevamos con la terraza desde principios de mayo y la cosa va bien. Depende todo del tiempo, y en una temporada mala puedes llegar a perder dinero. Los bares pagan muchos impuestos al Ayuntamiento y luego tienen que poner un camarero para atender la terraza. Pero la gente prefiere ir fuera con el buen tiempo a tomar el aperitivo y luego salir fuera por la tarde-noche. Merece la pena. Después, te lo agradecen y, al menos en esta zona, suelen dejar propinas».
María Asun Krobel Clienta de una terraza en la plaza de Jardines de Albia
«Me encantan las terrazas. Se respira un ambiente mucho mejor, al aire libre, y es hasta más entretenido. Al final, te integras más en el tiempo, en el verano. Está bien después de todo un invierno metidos dentro de un bar. Sabes que tienes que pagar un poco más, pero es normal. Lo malo, a veces, es que te tardan en servir. Creo que en Bilbao hay pocas terrazas. Debería haber más porque le dan más vida a la ciudad, sobre todo ahora que hay más turistas».
Borja Manso Camarero de la cafetería Arenal, en El Arenal de Bilbao
«La terraza es la que trabaja en verano. Los clientes prefieren la terraza, y cuando hace un poco de calor, dentro del bar no hay nadie y la terraza está llena. Desde mediodía hasta la noche se trabaja muy bien. Por eso Bilbao está lleno de terrazas. En cualquier acera hay una. Se ha puesto de moda y es lógico. Entiendo que es normal lo que tenemos que pagar al Ayuntamiento, como también es normal que nosotros cobremos algo más al cliente».
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