«Sufren trastornos de tipo psicótico, autismo o retrasos madurativos, y muchos requieren intervención inmediata porque existe una desordenación psíquica importante», asegura Herrera, para quien la llegada de enfermos cada vez más con menos edad se debe principalmente a su temprana incorporación al sistema educativo, donde se detecta una parte importante de los casos.

Más pacientes

Casos nuevos: En 2005, esta unidad del Materno trató a 486 pacientes nuevos. Reciben casos derivados por los pediatras y por los centros de salud mental. El 40% de los enfermos que tratan sufren trastornos graves.

Tratamiento

Terapias de grupo: Los psicólogos y psiquiatras tratan a sus pacientes con técnicas psicoterapéuticas, talleres y charlas.

Pocos fármacos: «Hay que cuidar que la incorporación al mercado farmacológico no sea muy temprana», apunta el doctor Herrera. Así, sólo prescriben medicinas en casos crónicos: entre el 10% y el 20% de todos los que tratan.

Los padres: También reciben asistencia. Suelen acudir a terapias grupales para conocer pautas de comportamiento que pueden incorporar a su vida diaria.

Anorexia y bulimia

Más chicas: El 95% de los pacientes con estos problemas son mujeres de 14 a 25 años. En 2005 recibieron 50 casos nuevos.

Pocos casos graves: Sólo el 10% de las pacientes sufren casos graves y requieren ingreso. Muchas adquieren complejos desde que están en el colegio.

Rasgos comunes, habla el experto

Niños rebeldes: Es una cualidad habitual en estos pacientes. Empieza a manifestarse con nueve o diez años y se traduce en una dificultad extrema para adaptarse a las normas. Según Herrera, se muestran desafiantes, indisciplinados y nunca se paran a pensar. Los casos más graves vienen precedidos por un trastorno de hiperactividad.

Hiperactividad: Se puede detectar en niños de apenas cinco o seis años. Son menores con dificultad para concentrarse y que no pueden quedarse quietos. Es la manifestación infantil de una situación de ansiedad.

Falta de límites: En la actualidad, los niños sufren angustia porque viven en una sociedad que no les pone límites. «Está muy desdibujado lo que pueden hacer y lo que no», declara el doctor. Los adultos tiene problemas para ejercer la autoridad y la orientación.