La defensa apuesta por absolución del acusado de matar a un compañero por sufrir "trastorno obsesivo paranoide"

La defensa del hombre que, presuntamente, mató a un compañero del retén forestal en el que trabajaba ha apostado hoy por la absolución alegando un "trastorno obsesivo paranoide" por "acoso moral" en el trabajo. La acusación, en cambio, considera que va a quedar demostrado que "asesinó fríamente de manera premeditada y sin remordimiento".
Juzgados Logroño
Juzgados Logroño
EUROPA PRESS
Juzgados Logroño

La defensa del hombre que, presuntamente, mató a un compañero del retén forestal en el que trabajaba ha apostado hoy por la absolución alegando un "trastorno obsesivo paranoide" por "acoso moral" en el trabajo. La acusación, en cambio, considera que va a quedar demostrado que "asesinó fríamente de manera premeditada y sin remordimiento".

A las 9:30 horas de hoy ha comenzado el juicio contra J.M.V.O, acusado de asesinar el 21 de mayo de 2010, en Cornago, a un compañero agente forestal. El acusado ha afirmado: "ese día era una persona diferente a la que he sido, y a la que he vuelto a ser". Algo en lo que la acusación, que ha destacado que el asesinado era padre de dos niños, y el acusado lo sabía, discrepa.

El juicio, con jurado popular compuesto por nueve ciudadanos, ha transcurrido, en la mañana de hoy, entre las alegaciones del fiscal, las dos acusaciones particulares (de la viuda y del padre del fallecido), la defensa del acusado y la defensa de la Comunidad Autónoma, a la que se le considera responsable civil de la indemnización porque el acusado era funcionario.

En declaraciones anteriores al juicio a los medios de comunicación, el abogado del acusado, Carmelo Irazola, ha adelantado que, en principio, y siempre en función del desarrollo de los acontecimientos, iba a pedir la "absolución por inimputabilidad" (dícese de quien actúa sin voluntad y conciencia).

Entiende la acusación que no puede ser "responsable penalmente" del hecho (cinco disparos a la víctima) basándose en una "afectación psíquica" que, según ha adelantado, "demostrarán peritos psiquiátricos". Ya en el juicio, el abogado se ha centrado en la "influencia en la conducta del acusado" de su condición sicológica.

Así, ha dicho, si bien "es un hecho indiscutible que una pistola efectuó los disparos", no lo es menos, para él, que la "voluntad" del acusado estaba "mermada e influenciada por factores ajenos a su poder de decisión". "Ha habido una alteración psíquica", ha señalado.

En este sentido, se ha referido al hecho de que visitara, en dos ocasiones, al sicólogo del sindicato UGT y éste escribiera en su informe que el ahora acusado sentía "acoso moral en el trabajo por parte de los compañeros".

El acusado, en este sentido, ha relatado cómo los compañeros se metían con él y le insultaban, llegando incluso, ha dicho, a golpearle con una rama. Los tres compañeros del retén, en sus declaraciones en el juicio, en cambio, lo han negado y sí han dicho, los tres, que era una persona que se aisló del grupo.

El responsable del grupo, incluso, ha dicho que esto, además de suponer detalles como que comía solo, podía ser un peligro en el caso, por ejemplo, de que actuasen en un incendio, porque el trabajo en equipo es fundamental. "Era muy trabajador pero estaba totalmente aislado".

Los hechos ocurrieron el 21 de mayo de 2010; justo el día en el que el acusado volvía de disfrutar de casi dos meses de vacaciones. En pleno monte, los compañeros han relatado cómo el acusado sacó un arma y disparó cinco veces, a una distancia de un metro, al fallecido, que no tuvo ninguna oportunidad de sobrevivir a pesar de los intentos de los compañeros.

"Ese día no era la persona que soy ni la que he vuelto a ser", ha insistido el acusado en varias ocasiones, "me subió un golpe de calor por el cuello y, tras disparar varias veces, vi una luz y senti que quería parar". Frente a esto, sus compañeros han relatado que estaba "tranquilo" e incluso, a petición de uno, les entregó el arma.

El abogado de la viuda, Julio Palacios, cree que "es posible que sea un tipo raro, pero quiso matar y lo hizo consciente de lo que hacía y de que su víctima tenía mujer y dos hijos" (de nueve y cuatro años). Ha rechazado de plano que tenga ninguna enfermedad mental y así, ha anunciado, lo demostrarán los forenses.

De hecho, ha señalado cómo hace cinco años se sacó una licencia de armas y, para obtenerla, es necesario no tener enfermedades mentales. Si bien el fiscal pide veinte años, las dos acusaciones particulares piden cinco más.

El abogado de la acusación contratado por el padre, Victor Fraile, ha explicado que quieren ir "más allá por las circunstancias agravantes y ante la frialdad" de los sucedido porque el acusado venía de disfrutar unas vacaciones y preparó una bolsa con la pistola y munición.

Ha destacado, también, cómo, al ser detenido, dijo: "sé lo que he hecho y que voy a ir a la cárcel". La viuda, en el juicio, ha relatado cómo la familia ha quedado tocada económica y psicológicamente. La hija mayor ha tenido tratamiento sicológico y el pequeño, al que en el colegio le dijeron que le "habían metido cinco tiros" a su padre, presenta tristeza y ataques violentos.

El juicio continuará aún durante tres días en la Audiencia Provincial con la declaración, entre otros, de diversos peritos y forenses para que el jurado pueda evaluar si el acusado es culpable, o no, del delito que se le imputa basándose en si ese día controlaba sus actos o no.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento