Aun así, el líder de los populares catalanes lamentó que la eventual inconstitucionalidad del Estatut no se pudiera demostrar antes de que se celebrara la consulta, y eludió pronunciarse sobre la encuesta publicada hoy en el diario La Vanguardia, en la que se asegura que el 75% de los votantes dirá 'sí' al estatut.

Llamamiento a los votantes del PSC

Por otro lado, el presidente del PP pidió  a los votantes del PSC que "están en contra de la deriva nacionalista evidente que está tomando su partido" que "no tengan miedo a votar que 'no'" para "darle una lección a su propio partido" y "decirle que las cosas no se pueden hacer de esta manera".

Piqué resaltó el "componente nacionalista" del PSC, ya que "es difícil imaginarse un eslógan electoral más ultranacionalista que el que está utilizando, cuando contrapone un determinado territorio con una fuerza política", "como si ellos fueran los representantes genuinos de ese territorio, algo que ni los nacionalistas más acérrimos habrían llevado tan al extremo como lo están haciendo los socialistas", añadió.

Reacciones a la "cacerolada"

El líder popular reiteró su crítica al "grueso del partido socialista" y a ICV por la reacción que mostraron frente al incidente del mercado de Hospitalet de Llobregat en el que Mariano Rajoy fue abucheado, y manifestó que ofrece un "pésimo servicio a la convivencia política normal" que tiene que haber en una democracia" y denota la existencia de un "problema de higiene y salud democrática".

No obstante, a las declaraciones del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, que ha calificado de "vergonzosos" estos abucheos, ha destacado que esto es "un gesto que le honra" según Piqué.

Asimismo, lamentó que los partidos catalanes hayan "tenido que esperar" a una agresión contra alguien distinto al PP --en alusión a la agresión contra Arcadi Espada, de Ciutadans de Catalunya, que tuvo lugar el pasado lunes-- para condenarla.

Confrontación entre nacionalistas

Respecto al debate emitido ayer por TV3 entre  representantes de PSC y CiU, las principales fuerzas políticas catalanas, Piqué prefirió "no entrar en la confrontación", aunque vaticinó que "este clima durará relativamente poco", sobre todo de cara a las autonómicas, en las que ambos partidos son "adversarios" entre ellos.

El dirigente popular calificó de  "durísima" la pugna entre nacionalistas que se hizo visible a través de la "confrontación" entre el presidente de CiU, Artur Mas, y el de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, y consideró "insólito" que Maragall no participara en el debate, lo que demuestra, según él, que el PSC "no confía en el texto".

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