Así lo recoge la Fiscalía del Tribunal Superior de Xustiza en su memoria de 2005, en la que destaca este cambio en el mando: los gallegos «han sido relegados por los grandes cárteles colombianos, en cuanto éstos ya no ceden en ningún momento el control directo de la operación de tráfico desde el punto de origen hasta su destino».

Paralelamente a este relevo se ha incrementado el tráfico de cocaína, tras un periodo de «reflexión y autocrítica» tras las operaciones frustradas por la Policía en 2003. Y también creció el negocio de hachís, en el que se han centrado los grupos organizados gallegos, que trabajan sobre todo en la provincia de Pontevedra.

La Fiscalía también destaca el «evidente incremento de la violencia» dentro de las mafias de tráfico de la cocaína, lo que durante el pasado año se tradujo en seis muertes «presuntamente» vinculadas al tráfico de drogas, reza en su informe.

«Narcotransportistas» en Galicia

El jefe del Grupo Especial contra el Crimer Organizado de la Policía Nacional (Greco), Antonio Duarte, afirmó ayer que los nuevos traficantes gallegos se han convertido en «narcotransportistas» de las mafias colombianas. Según Duarte, éstos cobran una comisión por el transporte marítimo de cocaína para las organizaciones de colombianos afincadas en Madrid.

Las claves

La heroína va a menos: Se consume menos y es la droga que menos interesa a las mafias. La trabajan las turcas y las de ciudadanos del Este.

Puntos negros: A nivel de pequeño y mediano mercado, el tráfico se centra en tres poblados gitanos: Penamoa (A Coruña), Bao (Pontevedra) y Freixeiro (Ferrol).

Incautaciones: Bajan las de coca (pese a traficarse más). Suben las de hachís.