La Sección Octava de la Audiencia de Málaga tiene previsto juzgar a partir de este miércoles a un hombre, al que la Fiscalía acusa de intentar matar a su expareja en el aparcamiento del hotel en el que trabajaba, al presuntamente propinarle cinco puñaladas y rociarla con gasolina para prenderle fuego, lo que no llegó a hacer porque varias personas vinieron en su auxilio.

Los hechos sucedieron en marzo de 2010 en Benalmádena (Málaga). Según las conclusiones provisionales del fiscal, el acusado fue al establecimiento hotelero donde trabajaba su expareja "sabiendo que iniciaba su jornada laboral a dicha hora" y supuestamente "la esperó en el parking del hotel" con una mochila en la que llevaba un cuchillo, una piedra y dos botellas de gasolina.

Iba, según sostiene la acusación pública en su escrito inicial, al que tuvo acceso Europa Press, "ocultando el rostro con un gorro" y presuntamente la "abordó por detrás de forma sorpresiva, golpeándola por diversas partes del cuerpo y cogiéndola por los pelos", mientras le decía "que si pensaba que no la iba a encontrar, que de la cárcel se sale, pero de la tumba no".

Al rebuscar en la mochila, continúa el ministerio fiscal, se cayó la piedra y la víctima gritó y tocó el claxon, acudiendo en su ayuda un hombre, al que el procesado presuntamente amenazó, por lo que huyó, volviéndose el acusado hacia la mujer a la que "propinó cinco puñaladas en costado y miembros inferiores, con intención de matarla".

Después, mantiene la Fiscalía, sacó una botella de gasolina y "la roció con ella para prenderle fuego y asegurar su muerte", lo que no llegó a hacer, ya que acudieron varias personas del hotel en su auxilio, huyendo el procesado, que cuando fue detenido dijo que llevaba "ocho meses preparando cómo matarla", añadiendo que "tenía que haberlo adelantado un mes".

El acusado fue denunciado por la mujer pocos días antes de los hechos, primero por amenazas y luego por incumplir la condena de alejamiento impuesta por un juzgado, según el fiscal, que señala que la víctima precisó tratamiento médico y tardó 104 días en curar. Así, acusa al procesado de un delito de asesinato en grado de tentativa, dos de amenazas y uno de quebrantamiento de condena continuado.

Por estos delitos, con el agravante de parentesco y disfraz, solicita en total 20 años de prisión y la prohibición de comunicarse con la víctima o estar a menos de 500 metros durante el máximo legal. Además, pide que indemnice a la mujer con 77.200 euros por las lesiones y las secuelas, tanto físicas como psíquicas. El juicio está previsto que comience este miércoles y termine el jueves.