Trabajadores de la Diputación homenajean al "jefe" Baltar, que afirma que no le volverán "a ver el pelo" por allí

Un nutrido grupo de trabajadores de la Diputación de Ourense ha esperado a que el 'barón' popular José Luis Baltar Pumar abandonase el Pazo Provincial, tras renunciar a su acta de diputado y al cargo de presidente de la institución, para rendir homenaje a quien definieron en varios casos como "un hombre bueno".
Fotos Baltar Ultimo Pleno foto escalera
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EUROPA PRESS
Fotos Baltar Ultimo Pleno foto escalera

Un nutrido grupo de trabajadores de la Diputación de Ourense ha esperado a que el 'barón' popular José Luis Baltar Pumar abandonase el Pazo Provincial, tras renunciar a su acta de diputado y al cargo de presidente de la institución, para rendir homenaje a quien definieron en varios casos como "un hombre bueno".

Figura controvertida e impulsor de una política de personal que ha sido habitual blanco de todo tipo de críticas, los trabajadores agolpados en las escaleras de la Diputación hicieron cola para despedirse del "jefe" con un abrazo, unos con lágrimas en los ojos y otros con emoción contenida. Para todos ellos, Baltar tuvo palabras de agradecimiento, y el mensaje de que desea pasar página.

"Si quieres nos vemos, pero fuera, aquí no me volvéis a ver el pelo", manifestó en varias ocasiones el 'barón' popular, que evitó hacer referencias a su sustituto que, aunque este sábado será elegido por el comité electoral de los populares, los diputados provinciales del PP ya han mostrado la predilección por su hijo, Manuel Baltar Blanco.

A la emoción de los suyos y del personal de la Diputación, Baltar respondió con "muchas gracias", aunque tampoco faltaron las consignas de "ánimo" y de que "toca trabajar". "No iba a estar siempre", ha bromeado el veterano político ourensano con un "amigo" que se acercó a darle un abrazo y a quien aconsejó decirle a su padre "que vaya abriendo la botella de vino".

El "hombre del pueblo", como él mismo se definió en el pleno que hizo efectiva su renuncia, mantuvo sus mensajes campechanos y no negó un sólo abrazo hasta que abandonó el Pazo Provincial. Incluso llegó a exigir "alguno pendiente". Fue el caso de una joven trabajadora que replicó que estaba esperando a que "se fueran las cámaras" para evidenciar sus gestos de cariño.

"todo lo que hubo, MUERE"

Los gritos de "presidente, presidente" resonaron en los pasillos de la Diputación antes de la marcha de un Baltar que, ante la insistencia de los medios, pidió reiteradamente "respeto" para su decisión de "pasar página" tras 44 años en activo en la vida pública y que ha asegurado, fuera de los micrófonos del pleno, que se va sin guardar rencor a nadie.

"Todo lo que hubo, muere", espetó, antes de dar un abrazo a uno de los asistentes a la sesión plenaria, en la que apenas hubo representación de su partido, salvo la de los diputados provinciales que ahora, según indicó el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, tendrán "libertad absoluta" para elegir a su sucesor.

El homenaje de Baltar y sus palabras de rechazo al resentimiento llegan pocos días después de que, en el acto en el que hizo pública su intención de dimitir, admitiese que la "gota que colmó el vaso" fue la situación vivida en el congreso en el que su hijo le relevó al frente del PP ourensano tras rivalizar con el alcalde de Verín, Juan Jiménez Morán, cuya candidatura fue auspiciada por la cúpula autonómica del partido.

A diferencia de lo que ocurrió en 2010, esta vez la dirección del PP gallego no prevé hacer ningún movimiento y dejará el camino libre para que, si todo sale conforme a lo previsto en el partido, Manuel Baltar tome las riendas de la Diputación provincial y cuente con un margen de tiempo —con las elecciones autonómicas como próximo proceso electoral a la vista— para ganarse a los alcaldes, que, por el momento, mantienen el "apoyo" que le dieron a su padre.

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