Spanair, de acabar con el monopolio de Iberia al accidente de Barajas y la crisis final

Los equipos de emergencias en el lugar donde se estrelló el avión de Spanair en Barajas, el 20 de agosto de 2008.
Los equipos de emergencias en el lugar donde se estrelló el avión de Spanair en Barajas, el 20 de agosto de 2008.
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Los equipos de emergencias en el lugar donde se estrelló el avión de Spanair en Barajas, el 20 de agosto de 2008.

El 20 de agosto de 2008 fue un día negro para Spanair. Uno de sus aviones, el que realizaba la ruta Madrid - Gran Canaria, sufría un gravísimo accidente en la pista del aeropuerto de Barajas. Murieron 154 personas. Ya para entonces la c0mpañía, que fue fundada a mediados de los años ochenta, atravesaba graves problemas de financiación; problemas que han concluido casi cuatro años después con el anuncio de cierre.

Spanair -cuyo principal accionista hoy es la Generalitat de Catalunya- fue fundada en 1986, y dos años después comenzó a operar como compañía de vuelos charter. Así se mantuvo hasta 1994, cuando el fin del monopolio de Iberia en el mercado español permitió a la empresa operar en territorio nacional. Poco después, el horizonte de Spanair se ampliaba y comenzaban los vuelos europeos y, unos años más tarde, los intercontinentales. Washington, Río de Janeiro, La Habana... Eran los boyantes noventa, los mejores años para la compañía, en consonancia con el resto del sector.

Del 11-S al accidente de Barajas

Los atentados del 11-S en EE UU marcaron un antes y un después para el mercado de la aviación civil. Las grandes compañías tuvieron que reinventarse en materia de seguridad así como hacer frente a las nuevas reglamentaciones impuestas por los Gobiernos. Spanair no fue menos. La compañía, afectada de pleno por la crisis del sector, fue poco a poco reduciendo su protagonismo hasta acabar suprimiendo sus vuelos intercontinentales y deshaciéndose de sus 'joyas', como los tres aviones Boeing 767 que mantenía en su flota.

Su particular década negra tuvo el broche final en 2008 -en pleno proceso de venta de la compañía, que tras muchas negociaciones acabó siendo comprada por un grupo de empresarios catalanes (Femcat)- con el accidente de Barajas. Además de la tragedia humana -154 muertos- el accidente del vuelo JK5022 supuso un revés para la compañía, que desde entonces se ha visto envuelta en multitud de pleitos sobre su responsabilidad en el siniestro.

Así, la Asociación de Afectados del Vuelo de Spanair pidió en 2011 la imputación de varios directivos de la compañía. Si bien esta imputación no ha prosperado, como tampoco las del jefe de la División de Mantenimiento en Línea y el jefe de la División de Calidad, el juez del caso anunció en diciembre pasado que sentará en el banquillo a dos técnicos de mantenimiento, a los que acusa de 154 delitos de homicidio imprudente y 18 delitos de lesiones imprudentes.

Denuncias y crisis final

Desde que en 2008 Spanir cambiara de propietarios, la crisis económica de la compañía no hizo más que agravarse. Al mismo tiempo, las ayudas públicas recibidas por parte de la Generalitat de Catalunya -que ha acabado por ser su dueño principal- le supusieron entrar en guerra con las compañías low cost (de bajo coste).

En este sentido, la Asociación Europea de Aerolíneas de Bajo Coste (ELFAA) presentó en noviembre pasado una "petición formal" a la Comisión Europea (CE) para que investigara las ayudas con dinero público a Spanair, ya que consideraban que violaban las normas europeas de competencia.

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