La derecha irrumpe como fuerza más votada en las presidenciales finlandesas, medio siglo después

  • El conservador Sauli Niinistö obtuvo el 37% de los votos.
  • Disputará una segunda vuelta en dos semanas al no lograr una mayoría absoluta.
  • El diputado verde Pekka Haavisto fue finalmente el segundo candidato más votado, con el 18,8% de los sufragios.
  • Se quedan fuera los euroescépticos Väyrynen y Soini.
Sauli Niinistö es el candidato del partido conservador para las elecciones presidenciales en Finlandia.
Sauli Niinistö es el candidato del partido conservador para las elecciones presidenciales en Finlandia.
Pekka Sipola / EFE
Sauli Niinistö es el candidato del partido conservador para las elecciones presidenciales en Finlandia.

El candidato del partido conservador Kokoomus, Sauli Niinistö, consiguió una amplia victoria en las elecciones presidenciales celebradas este domingo en Finlandia, aunque no logró la mayoría absoluta y tendrá que disputar una segunda vuelta dentro de dos semanas.

Al final del escrutinio, Niinistö, abogado de 63 años y experto en economía, obtuvo el 37% de los votos y se convierte en la gran esperanza de los conservadores de recuperar la presidencia finesa después de una larga pausa de medio siglo.

Para ello tendrá que derrotar el próximo 5 de febrero al diputado verde Pekka Haavisto, quien finalmente fue el segundo candidato más votado, con el 18,8% de los sufragios.

Haavisto, exasesor de la ONU, ha sido capaz de ganarse las simpatías de muchos votantes de izquierda gracias a su carácter afable y a sus convincentes intervenciones en los debates televisados.

Además, es el primer candidato a la Presidencia finlandesa que se declara abiertamente homosexual, lo que, según los analistas, le ha ayudado a ganarse las simpatías de los sectores más progresistas.

Väyrynen, fuera por 1,3 puntos

Por su parte, el veterano político centrista Paavo Väyrynen, representante del sector más nacionalista de su partido, obtuvo 17,5 votos y se quedó a solo 1,3 puntos de Haavisto, teniendo que conformarse con el tercer puesto y malogrando su cuarto intento por alcanzar la Presidencia.

Aún así, consiguió un resultado en el que pocos creían hace unos meses, cuando fue nombrado candidato centrista después de que la ejecutiva de su partido fuese incapaz de encontrar otro aspirante entre sus filas.

La derecha se consolida en el país

Los resultados de este domingo suponen un espaldarazo hacia la actual política pro europea del Gobierno de coalición liderado por el primer ministro, Jyrki Katainen, ya que dejan fuera de la segunda vuelta tanto a Väyrynen como al otro candidato euroescéptico, el populista Timo Soini.

"Nuestra postura favorable al euro y a la integración europea ha sido respaldada este domingo por los votantes", afirmó a los medios Niinistö, uno de los artífices de que Finlandia adoptase el euro, desmarcándose del resto de países nórdicos.

Soini, líder de la formación ultranacionalista Verdaderos Finlandeses, sufrió un auténtico descalabro al sumar únicamente el 9,4% de los votos, la mitad que en las elecciones parlamentarias de hace diez meses.

Tras reconocer su derrota, aseguró con humor que el principal motivo fue que "la mitad de mis seguidores quería que fuese presidente y la otra mitad que siguiese siendo el líder del partido".

La socialdemocracia, la gran derrotada

Sin embargo, el gran derrotado de la jornada fue el candidato socialdemócrata y exprimer ministro Paavo Lipponen, cuyo quinto puesto con el 6,7% de los votos certificó el final de tres décadas de presidencias socialdemócratas que auguraban las encuestas.

Aunque Niinistö es el gran favorito de cara a la segunda vuelta, Haavisto está muy seguro de sus posibilidades y pronostica que será una votación "muy, muy igualada". "A partir de ahora la campaña se va a centrar en dos temas: la política exterior y los sentimientos de la gente, con los asuntos que tienen que ver con la dignidad humana y la igualdad", afirmó Haavisto.

A la hora de explicar su éxito, el candidato verde destacó la importancia de las redes sociales durante su campaña, con las que pudo compensar la escasa financiación con la que contaba.

Una presidencia con menos poder que antes

Aunque la Jefatura del Estado sigue siendo el cargo más prestigioso en la política finlandesa, los poderes del presidente fueron recortados hace una década y se transfirieron al Parlamento y al Gobierno. Esta enmienda eliminó la antigua potestad del presidente de proponer al primer ministro y otros miembros del Gobierno, y anuló en la práctica la posibilidad de vetar leyes aprobadas por el Parlamento.

Recientemente, la Constitución fue nuevamente reformada para entregar las riendas de la política europea al primer ministro y dar al Parlamento la capacidad de resolver eventuales disputas de poder.

El candidato conservador a la Presidencia finlandesa, Sauli Niinistö, se coloca en cabeza con el 40,1% de los votos en las elecciones celebradas este domingo en el país nórdico, cuando se ha escrutado el 44% de los sufragios, según datos de la Comisión Electoral. En segundo lugar se sitúa Paavo Väyrynen, candidato del Partido de Centro, con el 17,6%, mientras que el diputado verde Pekka Haavisto es tercero con el 14,8%. Este escrutinio supondría que es necesaria una segunda vuelta, prevista para el 5 de febrero.

Niinistö, exministro de Economía de 63 años, ha liderado todos los sondeos de opinión desde hace meses, pero su popularidad descendió por debajo del 50% durante la campaña electoral.

Väyrynen (centrista) y Haavisto (diputado verde) se disputan una segunda plaza, que permitirá a uno de ellos acceder a la segunda vuelta en caso de que Niinistö finalmente no consiga este domingo una mayoría absoluta. Según los analistas, los dos se habrían beneficiado del voto útil de aquellos electores cuyos favoritos no tenían opciones de alcanzar la segunda vuelta, ya que en las presidenciales los finlandeses escogen a sus candidatos más por su personalidad que por su ideología.

Esta peculiaridad explica el mal resultado de dos pesos pesados del panorama político finlandés, el líder ultraconservador Timo Soini y el ex primer ministro socialdemócrata Paavo Lipponen.

4,4 millones de finlandeses estaban llamados a las urnas para elegir al presidente de la República para los próximos seis años. Esta es la cuarta vez que los finlandeses eligen a su presidente de forma directa, después de que en 1994 se instaurase el sufragio universal en sustitución de un complejo sistema de electores.

Cerca de 1,4 millones de electores, casi un tercio del censo total, utilizaron la posibilidad de depositar su sufragio en los locales habilitados para el voto anticipado o por correo. Se espera que el resultado definitivo esté disponible a partir de las 22.00 hora local (21.00 hora peninsular española).

Giro a la derecha

Niinistö, exministro de Economía, de 63 años, ha liderado todos los sondeos de opinión desde hace meses, pero su popularidad ha descendido por debajo del 50% durante la campaña electoral.

No obstante, las encuestas siguen otorgándole más votos que a sus dos principales rivales juntos, por lo que sigue siendo el gran favorito para sustituir en la Presidencia a la socialdemócrata Tarja Halonen, quien debe dejar su cargo tras dos mandatos consecutivos.

La eventual victoria de Niinistö sería histórica, ya que se convertiría en el primer conservador en llegar a la Jefatura del Estado finlandés desde 1956, y pondría fin a tres décadas seguidas de presidencias socialdemócratas.

Además, culminaría el giro a la derecha en la política del país iniciado por el líder de su partido, el primer ministro Jyrki Katainen, tras su victoria en las elecciones parlamentarias celebradas hace diez meses.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento