Y es que la sorpresa ha llegado a última hora y muchos padres no realizaron aquí la matrícula, precisamente por no tener comedor. «Es casi lo primero que piden los padres, porque en la mayor parte de los casos trabajan los dos», aseguran los profesores.
Ayuda imprescindible
Finalmente, la Consellería de Educación ha concedido una partida presupuestaria para este fin, y las obras de adaptación comenzarán este mes. Con ellas se acondicionará el salón de actos del centro «para hacerlo atractivo para dar de comer a los niños», según han informado desde el centro escolar.
También las ayudas llegan desde el Ayuntamiento, que, para el curso 2006/2007, ha concedido 200.696 euros a la Federación de Padres y Madres de Alumnos para gestionar los comedores escolares de la ciudad.
Dos turnos como mucho
Después de la reforma, el comedor dará diariamente comida a 60 niños en dos turnos de 30 cada uno.
Los dos turnos se implantarán en los colegios de Vigo. Como medida extrema, el CEIP García Barbón realiza tres turnos, pero esta saturación, según la Federación de Padres estará solucionada en septiembre. Aquí, la Xunta ha prometido un comedor con capacidad para 110 niños.
La abuela como alternativa
Según han confirmado, tanto los padres como los profesores, dejar a los niños con los abuelos o los tíos es la solución más común para poder conciliar la vida laboral y familiar. Quienes no cuentan con esta posibilidad, optan por contratar a una persona para el cuidado de sus hijos, pero, según los profesores, «los padres no siempre tienen esta disponibilidad económica». Por ello, algunos de los pequeños del colegio Altamar han optado hasta ahora por acudir a clase con la llave de su casa para marcharse solos a comer cuando las clases acaban.
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