En torno a un centenar de padres de alumnos del IES La Maroma de Benamocarra (Málaga) ha iniciado este viernes una concentración en el centro educativo, que tienen previsto prolongar durante todo el fin de semana, para tratar de impedir que vuelva a ser precintado por orden municipal y, por tanto, los alumnos deban trasladarse para recibir sus clases a unas aulas prefabricadas instaladas en un instituto de Torre del Mar.

El centro, que funciona desde 2008 y da servicio a unos 200 jóvenes de Benamocarra, Iznate, Almáchar y El Borge, fue precintado "por motivos de seguridad" esta pasada Navidad por parte del Ayuntamiento, que posteriormente levantó el precinto de forma cautelar por orden de un juzgado, aunque finalmente el juez acabó dando la razón al Consistorio y le otorgó la potestad de volver a decretar el cierre de las instalaciones.

A raíz del último auto judicial, la Delegación Provincial de Educación ha instalado cinco módulos de aulas prefabricadas en el IES Joaquín Lobato de Torre del Mar para reubicar a los alumnos a partir del próximo lunes en caso de que se vuelva a precintar el centro, aunque por el momento, y mientras no se produzca el precinto, la intención es que las clases sigan desarrollándose en Benamocarra.

En cualquier caso, los padres han expresado su disconformidad con esta situación y, aprovechando el final de las clases de este viernes, han decidido concentrarse en el centro y hacer turnos durante todo este fin de semana para permanecer en él y evitar, en caso necesario, que el precinto acabe haciéndose efectivo.

África España, vicepresidenta del AMPA del instituto, ha manifestado a los periodistas que los padres están "totalmente en contra" del traslado de sus hijos, "puesto que el centro está nuevo y en perfectas condiciones, y sólo hay una escollera desprendida en la parte exterior, que no supone ningún peligro para los niños".

España ha considerado "injusta" la decisión de precintar las instalaciones y ha animado a los vecinos de los municipios afectados a apoyar su reivindicación, "pues no es cuestión sólo de los padres que tienen hijos en el instituto, sino también de los que los tienen en el colegio y se van a encontrar el problema el año que viene".

En los mismos términos se ha expresado Ana María Calderón, otra de las madres presentes en la concentración, quien se ha mostrado convencida de que, más que un asunto de seguridad, el conflicto en torno al instituto "es un tema político entre el director del centro y el alcalde, y los perjudicados somos la comunidad educativa".

"Las dos partes implicadas no están haciendo absolutamente nada", ha criticado Calderón, para quien la situación que vive el centro está afectando "tanto a los padres, que ya estamos desquiciados, como, lo que es peor aún, a los niños, que están afectados psicológicamente y que están viendo alterado su rendimiento académico".

Esta madre ha considerado "un sinsentido total" todo lo que está ocurriendo con el centro y se ha negado de forma tajante "a que nuestros hijos vayan a unos barracones tercermundistas teniendo aquí unas instalaciones en perfectas condiciones, salvo la escollera, que da a un patio que está vallado y al que los niños no tienen acceso, y que no tiene nada que ver con los cimientos del edificio".