La Hacienda foral alavesa recaudó el pasado año 1.831 millones de euros, 84,6 millones menos que un año antes y 206 por debajo de lo previsto en los Presupuestos de 2011, que preveían que la recaudación al cierre del pasado ejercicio ascendiera a 2.037 millones de euros.

Este dato, según ha asegurado este jueves la Diputación en un comunicado, "refrenda" los ajustes y las medidas de control del gasto que el Gobierno foral que preside Javier de Andrés impulsó desde su llegada a la Diputación, el pasado mes de julio.

El Ejecutivo alavés ha destacado que estas iniciativas de contención no obedecían "de ningún modo" a una previsión "alarmista", sino "realista".

Desde la Diputación se ha advertido de que, "de no haberse tenido en cuenta esta realidad, la situación presupuestaria y financiera de las arcas forales sería hoy infinitamente más complicada".

La institución foral ha expuesto que, de los 206 millones de euros de caída de recaudación respecto a lo previsto en el Presupuesto foral de 2011, 158 millones son imputables a la evolución negativa de los impuestos. Otros 24,3 millones procederían de la devolución del IVA a la Hacienda estatal por el 'caso Rover' y 23,2 millones se deberían a la discrepancia entre los gobiernos central y vasco por la liquidación del Cupo de años anteriores.

En los tributos directos, sólo el IRPF tuvo un comportamiento positivo, con un incremento en los ingresos de un cinco por ciento respecto a 2010, algo que, en todo caso, no ha logrado compensar la caída del Impuesto de Sociedades, cifrada en un 5,5 por ciento.

Los impuestos indirectos también tuvieron una evolución negativa, motivada por la contención del gasto de las economías familiares, por el mayor crecimiento de las exportaciones frente al consumo interior o por el propio 'caso Rover'. Entre estos tributos indirectos, el IVA representa el mayor montante, a pesar de la caída del 11,1 por ciento que ha experimentado.