La huelga de usuarios de transporte público convocada por el Movimiento del 15-M a través de las redes sociales, con la que se pretendía protestar contra la subida de las tarifas de los billetes, recibió escaso apoyo ayer en Barcelona. Según TMB, a las 16 horas el metro había registrado 5.200 validaciones más de billetes que a la misma hora del lunes. "No es un aumento significativo", afirmaron fuentes de TMB a 20 minutos. Y recordaron que el suburbano barcelonés registra a diario entre 1,2 y 1,3 millones de viajes.

Tampoco el Bicing registró un incremento o descenso de usuarios. Así pues, se mantuvo el número de usuarios alrededor de los 40.000 diarios. Durante la mañana, se registraron dos incidentes. Uno, a las nueve, cuando un grupo de encapuchados atacaron un autobús de la línea 22, que cubre el tramo entre Plaça Catalunya y Esplugues de Llobregat. Le pincharon una rueda, le rompieron un retrovisor y realizaron pintadas. Y unos desconocidos ensuciaron la zona del vestíbulo de las estaciones de Drassanes (L3) y Jaume I (L4).

Organizada por la plataforma TMB51, la huelga se siguió en las redes sociales, como en Twitter bajo los hashtags #tmb51 y #joapeu. Los usuarios que la secundaron dejaron allí sus testimonios, como una chica que recorrió 4 km a pie en una hora o un chico que descubrió que andando sólo tardó 10 minutos más que en transporte público.

Por su parte, el primer teniente de alcalde, Joaquim Forn, anunció este martes que la Autoritat Metropolitana del Transport (ATM) está estudiando si "es legal" la iniciativa de dos chicos que venden, a través de una web, tarjetas integradas de transporte a precio reducido. Este miércoles se reunirán con ellos.

Y el Govern certificó que Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya dejará de prestar servicio nocturno los sábados a partir de este fin de semana en la L6 (Reina Elisenda), L7 (Avinguda Tibidabo) y L8 (Molí Nou).