J.A.G.M., acusado de un delito de detención ilegal y agresión sexual ha reconocido este martes los hechos que se le imputan y ha aceptado una pena de prisión de doce años y medio, de forma que se reduce en dos años y medio la petición inicial de pena que planteaba la fiscalía y que ascendía a 15 años de prisión.
J.A.G.M. ha reconocido que pasadas las siete de la tarde del 14 de mayo de 2006 en el parque de la Atalaya aprovechó su superioridad física -en aquel momento era soldado profesional-, para abordar a una mujer por la espalda, sujetándola con los brazos y tapándole los ojos y la boca.
En ese momento la llevó al interior de la maleza, hasta una zona de abetos que está en la franja limítrofe de separación del parque y un campo de labor -a unos 150 metros de la más próxima finca habitada-. Allí, la obligó a agacharse y a quitarse la camiseta que vestía y la utilizó para vendarle los ojos, tras lo que la hizo tumbarse en el suelo y se colocó a horcajadas encima de ella para impedir cualquier posibilidad de fuga.
Le contó su vida
A partir de ese momento el procesado estuvo hablando con su victima, contándole cosas de su vida y preguntándole a ella sobre la suya hasta que, una vez que comenzó a anochecer, la agredió sexualmente con la rama de un árbol y la obligó a practicarle una felación.
Finalmente, ya sobre las once de la noche, el acusado, que lleva en prisión desde el 11 de enero de 2011 por estos hechos, acompañó a la víctima a su coche y la dejó marchar amenazándola con que su familia o ella sufrirían perjuicios si lo denunciaba.
Esta agresión se pudo resolver gracias a la detención de J.A. G.M. por intentar matar a una mujer en la vía verde de Ciudad Real -por lo que hace un año fue condenado a ocho años de prisión-, lo que sirvió para obtener su ADN y resolver un caso que había tenido lugar cuatro años antes.
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