'Bravo Tango Siete, el Contratista' de David Yagüe, un sangriento paseo por el Irak post-Sadam

  • Un inspector de policía iraquí desesperado por encontrar a un contratista estadounidense secuestrado en el violento Irak post-Sadam.
  • La primera novela del periodista David Yagüe lleva lo mejor del género negro a las arenas del desierto y el caos de Bagdad y Basora.
David Yagüe, autor de 'Bravo Tango Siete, el contratista'.
David Yagüe, autor de 'Bravo Tango Siete, el contratista'.
David Yagüe, autor de 'Bravo Tango Siete, el contratista'.

La historia de Bravo Tango Siete, el Contratista transcurre en Bagdad y, sobre todo, en Basora tras la caída de Sadam HusseinUn contratista de seguridad estadounidense es secuestrado por la insurgencia y la policía del nuevo Irak quiere convencer al mundo de que puede resolver la situación. Para lograrlo forma un heterogéneo grupo de agentes sunitas y chiítas con un exmiembro de la policía secreta de Sadam al frente.

La mayor originalidad de la novela radica precisamente ahí: en que sus protagonistas son iraquíes. Algo de agradecer por el novedoso punto de vista que aporta, por adentrarnos con otra perspectiva en un mundo que solo conocemos por los medios de comunicación y las películas occidentales. Para el lector es cierto que supone un esfuerzo extra quedarse con los nombres de sus protagonistas, pero es un pequeño peaje que merece la pena pagar.

Ha sido muy bien documentado "con libros, hemeroteca, y sobre todo con medios extranjeros" cuenta su autor, el periodista madrileño de 20minutos.es David Yagüe, que se decidió a ubicar en Irak su primera novela influenciado por otro libro y por otro escritor: "mi interés por Irak surgió tras un trabajo anterior en el que estuve en contacto con un artista iraquí que había sido represaliado por Sadam y que escribió Yo luché contra Sadam".

"Tenía más interés en centrarme con iraquíes, que los estadounidenses rescaten a otros estadounidenses está muy visto. Protagonizada por contratistas sí que he encontrado una novela, y también alguna con protagonistas iraníes, por no iraquíes".

Un investigador a la deriva

El hilo conductor es Kassen Homan, un antihéroe complejo, un amante padre capaz de torturar para obtener una declaración, un personaje que roza la desesperación y que confunde sexo y amor. Un hombre ni valiente ni cobarde, dado a los remordimientos. Un tipo de una violencia irreflexiva, capaz al mismo tiempo de grandes sacrificios. Un ser humano consecuencia de su tiempo, su etnia, su familia y su nacimiento.

Se trata de un personaje que avanza por la mayor parte de la trama sin tomar las riendas empujado por unos y por otros.

Recuerda a esos viejos sheriffs cinematográficos obligados a desempolvar su colt, a los detectives de novela negra enfrentados al tiempo al hampa y a la policía corrupta. A fin de cuentas Bagdad y Basora son ciudades sin ley, o mejor dicho, supeditadas a la ley del más rápido desenfundando. Como en el también polvoriento Viejo Oeste o el Chicago de los años 30.

"Lo que pasaba en Irak pedía a gritos una novela negra. Iba a ser una novela de espías, pero según me documentaba se acabó convirtiendo en una novela negra, que a mí es un género que siempre me ha gustado más", reconoce Yagüe.

Yagüe no tiene interés en juzgar a su protagonista ni en presentárnoslo de un modo digerible. Kassen, como el resto de personajes, es como es. Cuesta identificarse con él. De hecho a la mayoría de los lectores no les caerá precisamente simpático, pero le podemos entender perfectamente ya que el escritor dedica gran parte de su obra a explicarnos sus motivaciones y procesos mentales.

David Yagüe no se identifica con ninguno de sus personajes y sabe que los lectores tampoco lo harán: "Era algo premeditado, los lectores del libro no han sido educados en la violencia, no viven en situación de guerra. Es normal que no se sientan identificados. De hecho el protagonista es más un hombre que recurre a la solución fácil, a la violencia, que un investigador. No es precisamente Sherlock Holmes".

Pero hay más en Bravo Tango Siete, el Contratista. También tenemos operarios del terrorismo, niños que juegan a la pelota (y a juegos mucho más peligrosos), 'femmes fatales' veladas y por supuesto, mercenarios y contratistas. Todos ellos poliédricos, nada simplificados.

Todo lo contrario que la prosa del autor, que es directa, sin recovecos. David Yagüe es especialmente hábil retratando la acción de un modo evocador y al mismo tiempo ordenado y claro. Muchos buenos escritores, como muchos buenos cineastas, cuando llega la hora de mostrar acción desenfrenada acaban creando confusión en su público, por eso otros tantos directamente se saltan esas escenas. Yagüe las domina a la perfección

El escritor ya está trabajando en una nueva novela "histórica y de aventuras completamente diferente", pero no ha descartado regresar a Irak o recurrir de nuevo al inspector Kassen Homan. "Estaba muy seguro de que no habría continuación, ahora no lo tengo tan decidido. Lo que no haré será volver a los contratistas, ese tema ya está cerrado".

*Consigue un ejemplar de Bravo Tango Siete. El contratista en PopularLibros.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento