El empresario condenado está imputado, junto al presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, en una causa abierta por el juzgado de instrucción número 1 de Nules por uno o varios presuntos delitos contra la Administración Pública.
La sala considera probado que Vicente Vilar, que estaba separado de hecho de su esposa desde el 9 de marzo de 2003 por decisión de ésta, el 12 de abril de ese mismo año visitó el domicilio de la víctima en Castellón tras decirle por teléfono que sus hijos querían felicitarla por haber aprobado un examen.
Agresiones
El acusado, antes de subir al domicilio, dio instrucciones a su chofer para que, si advertía de que se quedaba solo con su M.V., se llevara a los niños.
Vicente Vilar pidió a su ex mujer que volvieran juntos, a lo que ésta negó, reprochándole que él ya estaba con una brasileña con quien había hecho recientemente una aparición en un acto público y social, mientras que él le dijo que ella estaba con otro hombre.
La víctima intentó abandonar la cocina, aunque fue agarrada por las muñecas por el acusado, que le impidió salir mientras, el chofer abandonaba el domicilio con los niños.
Entonces, según la sentencia, el procesado, "guiado por un ánimo libidinoso", condujo a M.V. hasta el dormitorio, donde le propinó un empujón contra la pared, le tapó la boca y procedió a desnudarla.
Posteriormente, se colocó encima de ella en la cama, la abofeteó, la amenazó con matarla si se resistía y le dijo que tenía una pistola de un amigo.
El procesado agredió sexualmente a la víctima en diferentes ocasiones.
Tras una interrupción de dos horas, volvió a hacerlo y, al finalizar, se sacó unas monedas del bolsillo y las arrojó sobre la cama, diciéndole: "coge tu propina, puta".
Posteriormente, Vicente Vilar registró los bolsos de su ex mujer y se apoderó de un libreta de ahorros, dos móviles, una factura y 3.000 euros, según consta en la sentencia.
Detención ilegal
Sobre las 4.30 horas del día siguiente, el acusado obligó a M.V. a ir a Artana (Castellón), donde anteriormente vivían juntos y posteriormente se dirigieron a la empresa Naranjax, donde la tuvo sentada en contra de su voluntad hasta las 12.00 horas, momento en que pidió a su chofer que la recogiese.
El acusado, según la sala, golpeó a la víctima, la tiró al suelo y le propinó patadas cuando intentaba recoger el dinero y los teléfonos.
Como consecuencia de los hechos, M.V. sufrió lesiones que precisaron de un primera asistencia facultativa y tardó 6 días en curar.
La sala ha alcanzado su decisión condenatoria por la declaración testifical de la víctima que, "como es sabido, tiene el valor excepcional de testimonio en determinados delitos o función de la forma de expresión de la actuación criminal".
Asimismo, analizando el testimonio de M.V. y en función del resto de la prueba practicada, el tribunal asegura que "no tiene la menor duda de que el testimonio incriminatorio de ésta es sincero y ajustado a la verdad".
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