De paso, al tiempo que se elimina la suciedad, también se reduce el polvo y otros elementos que pueden elevar los índices de contaminación y también se refresca un poco el ambiente, sobre todo los días de calor.

Los camiones que se encargan del baldeo de las calles tienen una capacidad de 7.000 ó 10.000 litros, en función del modelo y cada uno hace una media de entre ocho y doce cargas diarias.

La ciudad se divide en seis partes para esta limpieza: Centro, paseo de Zorrilla, Circular, Rondilla, Delicias y zona oeste. Por las dos primeras el recorrido es diario, por las demás, depende.

También se limpia  por las noches, pero sin camiones, para hacer desaparecer los malos olores de las meadas.

Una tarea algo accidentada

Llevar un camión cisterna no es como conducir un coche. Requiere una gran concentración porque una sola persona tiene que dirigir el vehículo y controlar los chorros. Las salpicaduras a peatones, derribo de motoristas o rayones de coches son objeto de múltiples quejas.

Agua del río para el riego

Al contrario de lo que ocurre con los camiones que limpian las calles, el riego de los jardines se hace con agua que procede directamente del río, para evitar malgastar la que ya se ha tratado para el consumo humano. El 72% de los parques de Valladolid se riegan directamente del Pisuerga o del Canal del Duero y el Ayuntamiento espera alcanzar el 80% de la superficie verde en dos años. El problema con el que se encuentra el servicio de Limpieza es que en la cuidad no hay captaciones para que los vehículos puedan llenar sus tanques y hacerlas sería bastante costoso.