Una tesis de la Universidad de Extremadura considera que las administraciones deben dar ejemplo en cooperación para conseguir que desaparezca el "efecto frontera" entre los países vecinos.

El investigador del departamento de Expresión Gráfica de la Universidad de Extremadura José Manuel Pérez Pintor ha analizado en su tesis doctoral, dirigida por el profesor José Antonio Gutiérrez Gallego, la tipología de las relaciones que se mantienen en la frontera hispano lusa Extremadura- Alentejo-Región Centro para contribuir al conocimiento de esta realidad social.

El estudio abarca el devenir diario de cuarenta municipios transfronterizos que se extienden a lo largo de una línea divisoria de más de 420 kilómetros.

Así, señala que la región de Extremadura-Centro-Alentejo se encuentra en una "situación marginal, tanto geográficamente como en la toma de decisiones" dentro de la Unión Europea, de España y Portugal a pesar de las recientes iniciativas de cooperación puestas en marcha a raíz de la integración de estos países en 1986 en la comunidad europea.

Aunque proyectos como Interreg y actualmente Poctep palian esta realidad, los problemas estructurales, como el envejecimiento de la población "unido al vacío demográfico, tras siete siglos de abandono, son difíciles de solucionar", señala la UEx en nota de prensa.

Añade que la tasa de envejecimiento en la UE, España y Portugal se sitúa entorno al 25 por ciento, mientras que en más de la mitad de los municipios analizados presenta porcentajes muy superiores (Idanha-a-Nova 40,6 por ciento; Penamacor 40,4 por ciento; Vila Velha de Rodao 40,1 por ciento; Membrío 38,1 por ciento, o Piedras Albas 34,9 por ciento).

"Con estos condicionantes y en una situación económica como la actual, es necesario ahora más que nunca apostar desde las diferentes instituciones por la puesta en marcha y gestión conjunta de servicios y equipamientos", ha señalado Pérez Pintor.

Unos servicios y equipamientos tanto sociales como sanitarios, asistenciales o de protección civil, entre otros, que "permitan cohesionar y mejorar la calidad de vida en este territorio, convirtiendo al espacio de frontera, al contrario de lo que ha sucedido hasta ahora, en el elemento dinamizador de su área de influencia", señala el autor.

Mejorar la accesibilidad

En ese sentido, el autor de la tesis ha considerado que urge mejorar la accesibilidad y la oferta de transportes públicos disponibles, ya que en la actualidad, tanto el autobús como ferrocarril que permiten la conexión entre los municipios fronterizos, es "deficitaria y totalmente dependiente de las rutas internacionales que conectan las principales capitales peninsulares".

Por tanto estos transportes "impiden totalmente que los habitantes de estos municipios puedan beneficiarse de estos servicios", ya que además, en la mayoría de los casos transitan por estos municipios durante la madrugada.

Así, los tiempos mínimos de a ciudades con una población superior a 200.000 habitantes, "se sitúan por encima de 90 minutos, de ahí que se afirmen que se trata de un espacio periférico y marginal dentro de la Unión Europea".

Dentro de la propia área de estudio se encuentran "dos espacios claramente diferenciados", ya que por un lado, existe un espacio "más dinámico poblacional y económicamente" que se corresponde con el área central, es decir, la zona de Badajoz, Elvas, Portalegre, y otro con un "marcado envejecimiento y estancamiento económico" que a su vez presenta los tiempos mínimos de acceso más elevados, por encima de 150 minutos: la zona de Castelo Branco y el norte y centro de la provincia de Cáceres.

El entorno más rural de la zona de estudio está formado por los municipios de Vila Velha do Rodao, Penamacor, Idanha-a-Nova, y Sabugal situados en los distritos portugueses de Castelo Branco y Guarda. En el caso extremeño se trata de Piedras Albas, Membrío, Herrera de Alcántara, Carbajo y Cilleros, todos ellos localizados en la provincia de Cáceres. RECOMENDACIONES

Con estos datos, para conseguir el fortalecimiento de la cooperación a ambos lados de la frontera es necesario que todos los agentes implicados en este territorio, Administraciones e instituciones de carácter local, regional y nacional, "sean buen ejemplo de la cooperación, en todas sus vertientes y manifestaciones".

De esta forma, se lograría la desaparición del denominado "efecto frontera". "Para que esta cooperación sea efectiva es ineludible considerar a la población y las interrelaciones de tipo social, económico, comercial o cultural, que se producen entre los municipios involucrados", ha recomendado José Manuel Pérez.

Así, el autor ha considerado necesario "cohesionar la red de infraestructuras sobre todo en las zonas con menor accesibilidad", y recuerda que para ello no es necesario realizar infraestructuras de gran coste, sino llevar a cabo acciones puntuales que faciliten las interrelaciones entre ambos lados de la frontera, reduciendo los índices de rodeo actuales. Un ejemplo sería construcción del puente que permita la conexión entre Cedillo y la zona portuguesa.

Relaciones transfronterizas

Señala el investigador que las conexiones que se establecen entre ambos lados de la frontera son en su mayoría de índole económica relacionadas en su mayoría con la adquisición de alimentos, ropa, combustible o asistencia a servicios de tipo sanitario, quedando relegadas las sociales o familiares a un segundo plano, mientras que las de tipo laboral "son aún menos significativas".

Así, solo un 22 por ciento de los encuestados españoles y 16 por ciento de los lusos dicen contar con familiares al otro lado de la frontera, mientras que en el caso del idioma y los medios de comunicación vecinos, el 33 por ciento de los españoles y el 40 por ciento de los lusos dicen conocer el idioma del otro lado de la frontera.

En este sentido el 52 por ciento de los portugueses siguen los medios de comunicación españoles frente al 25 por ciento de los encuestados españoles.

En empleo e inversión, un 10 por ciento de los ciudadanos españoles trabajan o han trabajado al otro lado de la frontera, mientras que sólo un cuatro por ciento de los portugueses lo han hecho.

En inversión, ya sea tenencia de viviendas, cuentas corrientes o bienes, al otro lado de la frontera, un ocho por ciento de españoles contesta afirmativamente a esta cuestión, frente a uno por ciento de los ciudadanos lusos.

En el caso de la adquisición de bienes y servicios (alimentos, ropa, combustible, servicios sanitarios), los ciudadanos lusos se desplazan con mayor frecuencia al otro lado de la frontera y adquieren principalmente textil y combustible (40 por ciento en este último caso).

Por el contrario, señala que por motivos de ocio, como fiestas o restaurantes, los ciudadanos españoles se desplazan mayoritariamente al otro lado para disfrutar de este tipo de oferta, un 54 por ciento de los españoles frente al 17 por ciento de portugueses.