Calles vacías y grandes almacenes cerrados a cal y canto. Cualquiera que se pase estos días por el centro comercial Plaza Oriente, ubicado en el polígono industrial de Cobo Calleja, en Fuenlabrada, se sorprenderá por su falta de actividad. Lo que nació hace diez meses como la gran apuesta china en España languidece presa de la crisis.

"No somos una isla", se justifica Juan Carlos Oyola, portavoz del Plaza Oriente, "las perspectivas son buenas, pero hoy por hoy resulta difícil sacarlo adelante. De los 80 locales que hay, solo 32 permanecen abiertos, y otros 12 se usan como almacén. El resto están cerrados. Faltan compradores", continúa Oyola.

Plaza Oriente abrió con una ceremonia llena de pompa a la que incluso asistió el ministro de Fomento, José Blanco. Se anunció como el mayor centro oriental de venta al por menor y al por mayor de Europa. Hoy por hoy, los dueños de los negocios en dicho centro contabilizan una media "de no más de cinco clientes al día", según una de las trabajadoras, que prefiere no dar su nombre. Aunque esta gran inversión china no es la única que atraviesa por una época de vacas flacas.

Los 3.000 establecimientos chinos de la región también están notando pérdidas. Hablan de hasta un 60% menos de beneficios y el cierre de hasta la mitad de sus tiendas en un futuro si no se pone remedio a su situación. Según Pedro Zhang, presidente de la a Asociación de Comerciantes Chinos de España, «a la crisis hay que sumar los impedimentos del Ayuntamiento de Madrid, que no deja de asfixiarnos con multas. Hay comercios a los que ha sancionado con tres multas de 3.000 euros el mismo día», asegura.

El 28 de noviembre, los tenderos de este colectivo realizaron su primera manifestación en España para que el Consistorio les concediera la segunda licencia que les permite vender alcohol, que hasta ahora solo han conseguido el 25% de las tiendas de chinos de la capital. Jing Jiao, una de estas comerciantes, afirmó que ella y su familia viven solo de la tienda: "Si no puedo vender alcohol, tendré que cerrar. La gente consume mucho menos, y solo se anima a comprar cuando les corre prisa porque necesitan un vino o una cerveza. Eso se nota, porque antes teníamos unos 1.500 euros de beneficio al mes, pero desde principios de año no ganamos más de 700. No nos da suficiente", asegura.

Aun así, según los últimos datos de la Comunidad, en junio de este año había en la región 46.426 inmigrantes chinos, la séptima nacionalidad más numerosa y la única (junto con la paraguaya) que ha aumentado, con 716 personas más desde enero.

Los chinos también son el mayor colectivo de autónomos extranjeros en la comunidad, con 9.316 afiliados, por encima de rumanos (6.014) e italianos (1.756). La mayoría de ellos se dedican al comercio, según anunció ayer la Organización de Profesionales y Autónomos (OPA). Según estos mismos datos, de los 355.910 autónomos que hay en la comunidad, 35.752 son extranjeros, el 10%.