La reunión entre el conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra; representantes de Feiraco y los administradores concursales de Clesa para tratar la situación de la fábrica que la compañía láctea tiene en Caldas de Reis (Pontevedra) se celebrará el próximo martes, día 27, tras la petición de aplazamiento por parte de la administración.

Así se lo ha comunicado este martes a los trabajadores el propio titular del departamento en una visita a la planta caldense, en la que ha reiterado su apoyo a la plantilla y la apuesta de la Xunta por la oferta de Feiraco y otras cooperativas para hacerse con la factoría.

Así las cosas, los empleados han decidido, sobre las 19.00 horas, levantar la concentración que habían iniciado a las 10.00 horas con la intención de presionar a los administradores y que "clarifiquen" su voluntad para aceptar, o no, el plan de negocio de Feiraco. La convocatoria se traslada al próximo lunes, ha destacado la presidenta del comité de empresa, Dolores Ramos.

En declaraciones a Europa Press, Ramos ha señalado que el motivo de aplazamiento por parte de los administradores concursales responde a cuestiones "de agenda" y ha esperado que la semana próxima haya un pronunciamiento.

"todos unidos"

Por su parte, el conselleiro ha insistido en el encuentro con los trabajadores en que la liderada por Feiraco es "la única propuesta firme" que recibió el Gobierno gallego, "solvente desde el punto de vista técnico, económico y de mantenimiento de empleo".

La reunión con los administradores, en la que también participarán representantes de Feiraco, fue impulsada por la Xunta en "su compromiso de búsqueda de soluciones que garanticen el futuro de la empresa y los puestos de trabajo", ha remarcado.

En este sentido, subrayó "la importancia" de que "todos" los actores permanezcan "unidos" para "sacar adelante" el proyecto. "La Xunta está poniendo todo de su parte para encontrar una solución", ha abundado.

En la actualidad, la administración concursal de Clesa ya ha aplicado un expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo para 90 de los 130 trabajadores que permanecían en plantilla en la fábrica ubicada en la parroquia de Saiar, tras meses de conflicto laboral provocado por la quiebra del Grupo Nueva Rumasa.