El director del Instituto de Medicina Legal de Santiago, quien también dirige el Centro Nacional de Genotipado en esa ciudad, Ángel Carracedo, ha destacado este jueves la labor puntera del centro forense, con la mayor producción científica mundial en los últimos 10 años, superando al "FBI, los ingleses o los alemanes". "Casi todos los casos más famosos de cada país, si son complicados, acaban en nuestro laboratorio", explica.

Carracedo ha impartido en la Facultad de Ciencias de la Universidade de Vigo la conferencia 'CSI made in Galicia' en la que abordó la "revolución que supuso la genómica en la medicina", pasando de una situación inicial en la que "no se podía ayudar demasiado a los jueces en los problemas forenses" a un contexto en el que "se puede obtener un perfil de ADN de cualquier cosa, por pequeña que sea, incluso una muestra de contacto". No obstante ha precisado que, pese al título de la ponencia, la vida real "no es CSI" y no se pueden lograr resultados "en una hora".

En cuanto a los casos en los que el laboratorio gallego ha trabajado, destacó el crimen de las niñas de Alcàsser, el 11-M, donde se logró identificar el ADN de una persona que fue posteriormente detenida —al descartarse que las muestras fueran de los terroristas que se habían suicidado—; la Operación Minstead, en el Reino Unido, que permitió condenar a un hombre al que se atribuyen más de 80 agresiones sexuales —siendo el caso de violador en serie más importante de Europa—; o las pruebas del hijo de Clara Rojas, que apareció estando ella secuestrada por las FARC.

Otros casos en los que ha trabajado fue el 11-S, donde había "muestras muy degradadas" que igualmente pudieron ser objeto de análisis, y un crimen parecido al de Alcàsser, pero ocurrido en la localidad noruega de Kristiansand. Las pruebas desarrolladas en este caso lograron que se encausase a dos personas que fueron declaradas culpables del asesinato unas niñas.

Lejos del ámbito criminal, también ha trabajado en el análisis de posibles restos de Cristóbal Colón, o en cadáveres de víctimas del tsunami que azotó Asia hace unos años.

Otras de las aplicaciones de esta disciplina, según ha explicado, pasan por las pruebas de paternidad, incluso de personas fallecidas —en estos casos con motivo de herencias—. En este sentido, ha explicado que los centros oficiales, como es el caso del de Santiago, no desarrollan estas pruebas si se solicitan a escondidas de la madre —algo que es legal en España aunque, a juicio de Carracedo, no es "ético" por invadir la intimidad de la mujer—. KOSOVO

En cuanto a próximas tareas, ha explicado que el próximo año trabajarán con víctimas de la guerra de Kosovo, cuestión a la que se dedicarán varios laboratorios europeos, y entre ellos el de Santiago.

Al respecto, se ha referido a las diferencias culturales que existen en diferentes países, recordando que mientras en lugares como Argentina y Chile las familias querían identificar a sus allegados asesinados cuanto antes, en el caso de Kosovo al principio "preferían vivir esperanzados pensando que el familiar estaría vivo en una cárcel de Serbia, que pensar que estaba muerto" si bien, con el paso de los años, finalmente han decidido que quieren que los cuerpos sean identificados.

Recursos humanos

Al respecto de la alta producción científica realizada desde el Instituto de Medicina Legal de Santiago, y que es el motivo de que les sean remitidos casos de gran cantidad de países, Carracedo afirma que "lo que parece increíble es que se pueda tener esa producción científica con la inversión que se hace en investigación". Así, ha atribuido el éxito a que "en el grupo hay gente extraordinaria".

En todo caso, Ángel Carracedo ha considerado, en su alocución, necesario hacer "un esfuerzo importante" en recursos humanos para la investigación.

Sobre los retos de futuro para la medicina forense, ha asegurado que "queda un mundo de cosas por hacer", como mejorar el conocimiento del origen geográfico o los rasgos físicos de las personas a través de su ADN, entre otras cuestiones.