Llamaban insistentemente a los timbres. Una vez que los propietarios abrían se colaban en el portal y tocaban timbre a timbre hasta encontrar una casa vacía. Utilizaban una técnica poco sofisticada, pero efectiva para delinquir. Se aprovechaban de las puertas cerradas sin vuelta de llave para abrirlas con la ayuda de plásticos o tarjetas plastificadas y la desvalijaban en un momento.
Algunos de los ladrones ya los había retenido la Policía de Madrid hace un par de meses. Los menores también están implicados en robos en otras provincias. La Policía investiga si sus padres están detrás de estos robos y utilizan a sus hijos para cometer los atracos.
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