El cineasta francés Pierre Étaix ha echado en falta este viernes a aquellos grandes cómicos del 'clown' como Charles Chaplin, Stan Laurel, Oliver Hardy, Harold Lloyd o Buster Keaton "capaces de conmover al espectador y al mismo tiempo divertirlo". A través de la práctica de otras disciplinas como el circo y el "contacto directo con el público", lograron "enriquecer" su trabajo cinematográfico. Después de ellos, "se ha perdido algo".

Así lo ha manifestado el director de cine galo durante un encuentro con los medios en Valencia, donde el Instituto Valenciano del Audiovisual y Cinematografía (IVAC) le dedica un homenaje en el que se proyectarán sus películas hasta el próximo 7 de diciembre. El ciclo permitirá redescubrir títulos que, en algunos casos, llevaban más de 20 años sin verse en España, como 'Yo yo', 'Le Soupirant', 'Tant qu'on' a la santé', 'Grand amour' y 'Pays de cocagne'.

Payaso, ilustrador, poeta bohemio y actor además de director de cine, Étaix ha alabado a esos cómicos que "lo aprendieron todo del contacto con el público, algo que ahora no existe", ha lamentado. Él mismo, no habría tenido ni el enfoque ni los gags que se encuentran en sus películas si no se hubiera acercado primero a los espectadores a través de "gran pasión": el circo, ha asegurado.

Por ello, ha recomendado a toda la gente del mundo del cine que se practique también "actividades paralelas" como la música, la magia, el circo o el dominio del cuerpo porque todos esto resulta "muy enriquecedor para un cineasta". No es necesario ser especialista, simplemente conocerlas, ha precisado.

Sin embargo, "ahora, la única situación de contacto son los monólogos en los que se ponen a hablar, hablar y hablar... pero esto no me parece cómico", ha confesado. A su entender, "la esencia del cine cómico 'clown' es ponerse frente a una situación muy concreta y poco a poco todo se va desintegrando". "Se partía de presentación muy digna para acabar con una situación grotesca" ha recordado, y esto "conecta mucho con el público porque todo el mundo se ha sentido alguna ridiculizado".

En este sentido, ha abogado por el 'slapstick', un tipo de comedia que "capaz traspasar fronteras y que normalmente parte de una situación muy simple que puede llegar a todo el mundo".

"el miedo a no salir airoso"

Étaix ha recodado que emprendió este camino "por amor a esta profesión, a este arte" y "fue una decisión decantarse por la comedia burlesca, satírica, gestual" en la que pretendía "trabajar con los detalles dentro de las situaciones". Lo que movía a los grandes cómicos, y también a él "es hacer algo que no creíamos que podían conseguir, el miedo a no salir airoso", ha admitido.

No obstante, su incursión en el mundo audiovisual fue algo "casi casual", ha rememorado, cuando acudió a Jacques Tati en busca de consejo para un número circense. Fue aquel quien lo introdujo en el mundo del cine y le enseñó su lenguaje, aunque no fue hasta más tarde cuando tuvo una idea que quería explotar y se dio cuenta que "solo podía hacerlo a través del cine".

Galardonado en numerosas ocasiones a lo largo de su carrera, Étaix ha señalado que los premios son una "satisfacción pasajera" que nunca han cambiado su forma de trabajar. Para él, lo que es "una suerte" es "poder dedicarse a un trabajo por el que siente tanta pasión pese a las dificultades que ha podido encontrar". Aunque el ver que "todavía" hay gente interesada en su trabajo, "eso sí que me emociona", ha concluido.