Además, compramos lo que en derecho se llama un ‘cuerpo cierto’; es decir, algo que existía y que se podía analizar y estudiar y a lo que hemos dado nuestra conformidad. Esto significa, por ejemplo, que si el vendedor nos dice que el piso tiene 60 metros y, después de comprarlo, descubrimos que tiene sólo 49 metros, es muy difícil que una reclamación tenga éxito porque habríamos podido medir la casa.
Por eso, no debemos sentir vergüenza al estudiar en profundidad la vivienda que nos interese. Podemos comprobar que funcionan los servicios (luz, agua, calefacción, aire acondicionado, etc.) poniéndolos en marcha. Tiremos de la cisterna para comprobar cómo funcionan los desagües, abramos los grifos de la ducha, pongamos en marcha el aire acondicionado aunque sea enero, pidamos el certificado de la última revisión de la caldera de gas, etc. También es importante comprobar que no hay humedades en las paredes «disimuladas» por los muebles o defectos en el solado tapados con alfombras. Hay que pedir explicaciones de cualquier cosa que nos choque; por ejemplo, que el vendedor se haya molestado en acudir horas antes a la vivienda para encender velas de incienso puede significar que hay un olor que necesita enmascarar.
Con la colaboración de A A V (Alboreca, Abogados de Vivienda). Teléfono: 902 503 630. Correo electrónico: alboreca@alboreca.es
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios