Fiscal apuesta por la educación como la mejor medida para "erradicar" la violencia de género en menores

El fiscal coordinador de Menores en Andalucía, Rogelio Muñoz Oya, considera que la educación es la mejor medida para "erradicar" la violencia de género en menores que, aunque tiene una "incidencia mínima" en el ámbito de la delincuencia juvenil, de apenas un dos por ciento de los casos, sí que genera gran "trascendencia social".

El fiscal coordinador de Menores en Andalucía, Rogelio Muñoz Oya, considera que la educación es la mejor medida para "erradicar" la violencia de género en menores que, aunque tiene una "incidencia mínima" en el ámbito de la delincuencia juvenil, de apenas un dos por ciento de los casos, sí que genera gran "trascendencia social".

Antes de la inauguración en la Facultad de Derecho de Granada de las jornadas 'La Igualdad en el ordenamiento jurídico español: pasado y presente y futuro', donde ha impartido la conferencia 'La violencia de género en los menores', Muñoz Oya ha señalado a los periodistas que "son muy pocos los casos" de este tipo de violencia machista en el ámbito de la jurisdicción de menores, que se limita a la relación de noviazgo y que es ejercida por adolescentes "normalizados" en principio.

Sin embargo, éstos generan conductas "difíciles de eliminar", tienen un concepto de la relación hombre-mujer "bastante equivocada" y utilizan habitualmente la "fuerza" o el "dominio" para establecer o mantener esa relación. Por consiguiente, dadas las características de este tipo de violencia, se hacen necesarias, además de las medidas educativas —que se aplican para casos de violencia en el seno de la familia, como la ejercida por los jóvenes hacia sus padres, por ejemplo— otras adicionales como órdenes de alejamiento o prohibición de la comunicación para evitar esa relación y garantizar los derechos de la víctima.

Además, según el fiscal de Menores, una medida "fundamental" en este tipo de casos es la libertad vigilada, puesto que los jóvenes que han ejercido la violencia machista requieren un "seguimiento muy particularizado" a nivel educativo, familiar, y social, como el control del grupo de amigos.

Para Muñoz Oya, la violencia de género es "inevitablemente" algo que se aprende, puesto que "la mejor escuela" para desarrollarla es haber vivido episodios de violencia en el propio domicilio, lo que provoca que se "reproduzcan" conductas similares que son "muy difíciles de eliminar". Por ello, entiende que "la única manera de erradicar" este tipo de conductas es la educación, puesto que si solo se aplican medidas correctivas éstas pueden no tener los efectos "debidos y queridos".

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