La mayoría de los titulados de FP (89%) son contratados por empresas privadas, donde además existe un alto índice de vinculación indefinida. El resto (9%) se coloca en la administración o acaba trabajando por cuenta propia (2%). Por sectores, carpinteros y soldadores son los que más demandan esta mano de obra, seguidos por oficios relacionados con el mar, la estética y la salud.

Sin embargo, los ciclos favoritos de los coruñeses siguen siendo los mecanizados y electricidad, para los chicos, y los de auxiliar socio sanitaria y peluquería entre las chicas. Siete de cada diez están matriculados en alguna de esas especialidades.

Salidas y oferta educativa

En la ciudad hay más de 16.000 alumnos matriculados en módulos de FP. «La mayoría se apunta porque hay una salida laboral fácil, y también porque saben que se ganan buenos sueldos», afirma Genaro García, director del Instituto Calvo Sotelo.

A Coruña ofrece una amplia y variada oferta de ciclos formativos: desde la confección hasta el diseño de interiores pasando por las disciplinas más clásicas, la mecánica de automoción y la industrial. Y los centros de la ciudad «están muy preparados en medios, instalaciones y profesorado», en opinión del profesor García.

Y es que el FP «ya está superando la imagen de prestigio que se ha tenido de las carreras universitarias», cree Eugenio García. La inserción laboral es más baja, se tarda más y las condiciones son más precarias.

Lo de mileuristas no va con ellos

Los recién titulados en FP ganan igual o más que muchos licenciados universitarios, incluso de ese selecto grupo denominado los mileuristas. Aunque el sueldo base de un auxiliar administrativo es de 600 euros, la mayoría de categorías profesionales tienen salarios de cuatro dígitos. Un soldador asalariado con conocimientos técnicos vende su trabajo por 1.400 euros mensuales, una cifra que los graduados universitarios tardan años de media en alcanzar.