Neo Rauch (Leipzig-Alemania, 1960) y su esposa Rosa Loy (Zwickau-Alemania, 1958) entienden que la pintura debe hablar "de lo que no se puede verbalizar". Son un matrimonio de artistas, ambos de prestigio internacional y largas carreras. Suelen trabajar cada uno por su cuenta, pero de vez en cuando sienten la necesidad de exponer juntos.

"Todo lo que tenemos que decirnos nos lo decimos a través de la pintura", explican. Su obra en común, surrealista, cargada de simbolismo y difícil de explicar de manera objetiva, está centrada en ellos mismos y sólo en ellos. "Nada externo interviene".

Rauch & Loy, como firman cuando pintan en pareja, acaban de exponer Hinter Den Gärten (Tras los jardines) en el Museo de Arte Contemporáneo de Essl (Alemania), una muestra que plantean como un "intercambio de regalos" entre ambos.

"Todo en esta exposición está orientado en nosotros, en nuestra relación, en las tensiones de nuestra vida en común y en nuestro trabajo", dice Rosa Loy. Su marido se refiere al título de la muestra para explicar la intención artística: "Tras los jardines están las áreas de unión, el bosque, el lugar donde los monstruos residen y lo salvaje crece".

La pareja quiere que los espectadores se asomen a una especie de abismo donde la libre relación de imágenes, emociones y sentimientos es la única ley. Hay referencias mitológicas que se cruzan con guiños tecnológicos, angustia y guiños históricos.

La sensación resultante es una mezcla de extrañeza y familiaridad. Para Loy se trata de "ofrendas" al espectador, que "debe tomar sólo lo que le interese" de entre una serie de "horizontes de significado".

Ambos pintores, que tienen referencias a Giorgio de Chirico, René Magritte y el muralismo mexicano, forman parte de la llamada Nueva Escuela de Leipzig, caracterizada por proponer una aproximación que no rechaza ni la figuración ni lo abstracto.