La iniciativa fue aprobada por el comité de seguridad y salud como alternativa a las mamparas de protección del conductor que reivindican algunos sindicatos, cuyo representantes critican «que no se haya escuchado la opinión mayoritaria de conductores».

Cuatro buses a prueba

La prueba se realiza en cuatro autobuses en líneas alternativas, aún sin especificar.

A finales de año, según fuentes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), se instalarán cámaras en otros tres vehículos y así paulatinamente hasta dar cobertura total a la flota de autobuses.

Cada bus tendrá tres cámaras dentro, dos en los extremos para captar una panorámica completa.

Una tercera estará en la puerta de acceso y grabará la validación de billetes y al conductor.

Las cámaras no estarán conectadas a ningún circuito de videovigilancia, sino que  se utilizarán para tomar imágenes de forma automática, que después podrán ser utilizadas en caso de agresión u otras incidencias.

"El conductor", según TMB, "ya tiene otros sistemas de alarma", cuya pulsación activa el protocolo de emergencia e incluso "permite una conexión de voz con el centro de operaciones".

Mejor con mamparas

Los chóferes prefieren las mamparas antivandálicas con ranuras, según la CGT, un sistema desechado por TMB "atendiendo a la práctica de otras ciudades que las han utilizado sin éxito".

Incluso pueden llegar a producir "situaciones de claustrofobia".

Agresiones a conductores

"La probabilidad de que un conductor de autobús sea agredido es de una cada 60 años", aseguran desde TMB.

Una estadística que contrasta con las de los sindicatos que desvelan que en 2005 11 conductores requirieron asistencia hospitalaria por agresiones graves.

Una veintena causaron baja temporal tras ser agredidos "con bates de béisbol, cascos y barras de hierro".

Las líneas más polémicos en este sentido son la 44 (Sants-Badalona) y la 55 (Montjuïc-Pl. Catalana), donde las agresiones fueron más graves.