La escena es de la mañana de ayer en el recién liberado peaje de A Barcala, donde la mayoría de los conductores todavía se detenían a pagar en las cabinas. Allí los atendía Rodrigo Gómez, un trabajador de Audasa al que avisaron en el inicio del turno –a las siete de la mañana– de que se había acabado el cobrar.
Los carteles de entrada a la autopista AP-9 fueron retirados ayer, y los operarios de la empresa confían en desmontar las barreras y las cabinas durante esta semana. En las próximas fechas también pasarán a mejor vida los arcos del peaje, el último indicio de un paisaje que ya es historia.
Mientras, los nueve trabajadores que formaban la plantilla del peaje serán destinados a otros puntos de la empresa en Galicia. El futuro es más incierto, sin embargo, para otros quince compañeros con un contrato eventual.
Retenciones a primera hora
Guardia Civil de Oleiros y Policía Local de Cambre vigilaron ayer los accesos al tramo de A Barcala, donde hubo retenciones de 8.00 a 9.00 horas «con más coches de lo habitual», afirmaban en Audasa. El resto del día, el tráfico fue fluido.
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