El flamenco y la ranchera nunca han vivido de espaldas el uno del otro, aseguran algunos expertos. Y no solo comparten las penas desagañitadas en sus estrofas, los naufragios de la vida en los coros, la pasión visceral, el desamor... "México es el país latino que mejor ha acogido siempre el arte jondo, mientras que es habitual en cualquier tablao español escuchar alguna que otra ranchera con palmas a compás", explican los responsables del disco México Flamenco, un trabajo en el que se ha propiciado "un encuentro entre el cancionero mexicano y el flamenco del siglo XXI".

En él, más de una docena de primeras figuras del cante actual tratan de engañar los ritmos tradicionales mexicanos con requiebros, bulerías, quejíos jondos, alegrías o clave de rumbas.

Se trata de Diego el Cigala, Remedios Amaya, Enrique Heredia 'El Negri', Montse Cortés, Vicente Castro 'Parrita', Guadiana, José Soto 'Sorderita', Aurora Losada, Moncho, el dúo Los Banis... Todos amigos de la fusión, partidiarios -como explica Antonio Carmona- de que el flamenco "rompa fronteras". Una vez más. Con referencias que vienen más allá del Atlántico.

Las canciones escogidas son clásicos de la música latinoamericana. Por ahí pasean Si nos dejan, Que te vaya bonito, Solamente una vez, Las mañanitas, México en la piel... que suenan renovadas y heterodoxas. Combinaciones "preciosas", opina el guitarrista Tomatito.

El disco, que ha sido elaborado entre Barcelona, México y Miami, es la primera referencia del sello Bucono Music, una discográfica que pretende recoger el relevo de otras históricas compañías de discos de flamenco como la del reputado productor, fallecido el año pasado, Mario Pacheco.