La plaza del Carbón, a medias

«¿Tantas molestias para esto?», se preguntan los comerciantes de calle Granada en un pasquín.
La grúa trabajaba ayer en un edificio de la plaza del Siglo.
La grúa trabajaba ayer en un edificio de la plaza del Siglo.
África Ruiz
La grúa trabajaba ayer en un edificio de la plaza del Siglo.
Se han movilizado después de comprobar que, tras meses con obras delante de sus establecimientos, el cambio del entorno dista mucho de lo que un día vieron sobre el papel.Los arquitectos que diseñaron la reforma se propusieron recuperar el origen ligado al agua de las plazas Spínola, del Carbón y del Siglo. Para ello se sustituiría el suelo por otro de mármol y unas diminutas luces enterradas harían de cauce imaginario. En los planos, la gran sorpresa eran tres fuentes que servirían también de banco.

Pero ni las fuentes ni las luces han sorprendido a los vecinos y comerciantes, que han comenzado una campaña de buzoneo para mostrar su enfado. «La mayoría de las luces están fundidas, el acabado iba a ser de marmolino y lo han hecho con mortero muy chapucero», se lamenta  Adolfo Luque, de la óptica Luque. «A esta obra le llamo la plaza del parto, nueve meses de gestación y ahora estamos en cuarentena», afirma.

Según el Ayuntamiento, la ira de los comerciantes parte de una confusión. «La obra no ha terminado y falta el acabado, pero hasta que no se quiten los andamios de hormigón cercanos no se reaunadará», explican.

¿Qué opina del cambio en la zona?

María B. Castillo. Vendedora de la ONCE en plaza del Carbón. «La obra me obligó a estar casi escondida en Sánchez Pastor y para el tiempo que se han tirado... Las fuentes que han hecho nuevas en la plaza del Carbón no le gustan a nadie, mejor estaba la antigua que quitaron. Y hasta conozco de una persona que se le torció el tobillo por el desnivel del suelo».

Diego Aguilar. Taxista. «A mí me gusta lo que se ha hecho y hasta me parece bien que poco a poco se vaya peatonalizando. Aunque yo cobro igual la carrera aparcado en un lado que en otro, se lo están poniendo muy difícil a los mayores o discapacitados que vienen al centro al médico y a la rehabilitación porque tienen que andar mucho».

Concepción Vega. Dueña de la tienda Gacela. «Desde hace 45 años regento mi tienda y me jubilo en dos meses. A los nuevos les tocará criticar...

Es verdad que el resultado no ha quedado bonito, en proyecto era otra cosa. Creo que la obra no está acabada, así que a esperar. Ahora hasta tenemos un edificio cerca que se parece más a Bosnia».

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