Correos, una jaula de vencejos

Desde lejos, el infrautilizado edificio de Correos se parece a una inmensa jaula, como aquella de dibujos animados desde la que el canario Piolín se mofa del lindo gatito Silvestre.
Pero conforme el paseante se acerca a esa mole blanca y llena de oquedades que se levanta junto al puente de Tetuán, en el centro de Málaga, comprueba que, más que prisión, es hogar.Los inquilinos son casi 200 vencejos, unos pájaros  que anidan en los recovecos de este edificio y revolotean a su alrededor a primera y última hora del día.

Son africanos que, al igual que muchos humanos, viajan al sur de Europa en busca de mejores condiciones de vida. ‘Pagan’ el alquiler de marzo a septiembre.

Luis Ríos, jefe de mantenimiento de Correos, dice que ni causan grandes molestias ni ensucian, «aunque a veces sí generan algo de ruido».

Soñando entre las nubes

Por las noches, los vencejos cogen altura y duermen volando. «Sólo permanecen en los nidos los que cuidan de los polluelos», cuenta el coordinador local de la Sociedad Ornitológica de España, José Antonio Cortés. Sus patas son tan pequeñas que en la antigüedad pensaban que carecían de ellas y llamaron al vencejo Apus apus (sin pies, en latín).

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