El secretario general del PP-A, Antonio Sanz, ha considerado que los socialistas Alfonso Guerra, Manuel Chaves y José Antonio Griñán "no tienen un problema con la juez Alaya, sino pánico a la verdad en el escándalo de los ERE", ya que, en su opinión, eso haría que quedaran "inhabilitados de por vida para la actividad política".

En una rueda de prensa celebrada en Jerez de la Frontera (Cádiz), Sanz ha sido preguntado en relación a la imputación de la exalcaldesa socialista Pilar Sánchez, ha dicho que "no voy a hacer lo que Guerra, Griñán o Chaves" en relación a la juez Mercedes Alaya —que investiga la supuesta "trama" de prejubilaciones fraudulentas descubierta en numerosos expedientes de regulación de empleo (ERE) incentivados con fondos autonómicos—, ya que "no me meto en el trabajo de la justicia, el cual respeto diga lo que diga".

En este sentido, ha aprovechado para cuestionar y tildar de "lamentable desde el punto de vista democrático" que los dirigentes políticos del PSOE "presionen y amenacen a los jueces como están haciendo en los últimos tiempos".

De los tres dirigentes políticos socialistas, ha dicho que su "problema" es que "la mancha de la corrupción del PSOE en Andalucía se extiende a demasiados juzgados".

Volviendo al caso de Jerez, ha dicho que "no le extraña" la imputación de la exalcaldesa socialista, ya que "han existido demasiados chanchullos todos estos años atrás".

Considera que "la justicia tiene que hacer su trabajo" y opina que "nunca puede quedar impune" "lo que hacen los políticos y cómo se juega con el dinero de los ciudadanos".

En este sentido, ha anunciado que, en caso de ganar las elecciones, el PP hará "el esfuerzo claro y las reformas necesarias" para que "el político que la haga, la pague".