El número de hogares sin ingresos en Navarra se ha duplicado en el período 2007-2011, según un estudio

El número de hogares sin ingresos se ha duplicado desde 2007 en Navarra y la proporción de hogares en la que todos sus miembros están en paro fue 3,3 veces mayor en 2010 que en 2007. Estos son algunos de los datos del estudio presentado por miembros del Centro de Investigación para la Igualdad y la Integración Social (Ceparaiis), creado por la UPNA y en el que participan las principales entidades navarras que trabajan en la atención a los sectores más desfavorecidos.
Representantes Del CIPARAIIS.
Representantes Del CIPARAIIS.
EP/UPNA
Representantes Del CIPARAIIS.

El número de hogares sin ingresos se ha duplicado desde 2007 en Navarra y la proporción de hogares en la que todos sus miembros están en paro fue 3,3 veces mayor en 2010 que en 2007. Estos son algunos de los datos del estudio presentado por miembros del Centro de Investigación para la Igualdad y la Integración Social (Ceparaiis), creado por la UPNA y en el que participan las principales entidades navarras que trabajan en la atención a los sectores más desfavorecidos.

La plataforma Ciparaiis reúne una red de grupos de investigación de la UPNA junto con las principales entidades que intervienen en la atención a los sectores más desfavorecidos de Navarra: la Red de Lucha contra la Pobreza, Cáritas, Cruz Roja, Fundación Gaztelan y la Fundación Ilundain. Cuenta también con el apoyo de la Cátedra UNESCO de Ciudadanía, Convivencia y Pluralismo.

El citado centro nació para desarrollar líneas de investigación que permitan avanzar en conocer los procesos de desigualdad, pobreza y exclusión social. Su objetivo es aportar, tanto a la ciudadanía como a las administraciones públicas, un diagnóstico compartido sobre los principales problemas en estos ámbitos y, con carácter periódico, elaborará un informe con los resultados obtenidos.

En esta primera etapa, la investigación tuvo como referencia tres líneas de trabajo: los indicadores que permiten identificar las situaciones más intensas de exclusión social (reflejados en la Encuesta de Población Activa y la Encuesta de Condiciones de Vida); la propia demanda de las entidades sociales, que ofrecen dispositivos de ayuda de primera necesidad a personas excluidas, y el estudio de cincuenta casos específicos, que abarcaran la diversidad de las situaciones atendidas por las entidades sociales a causa de la crisis (hogares en desempleo, perceptores de renta básica, personas extranjeras/nacionales, hogares monoparentales/ personas solas, etc.).

En cada uno de estos casos se han efectuado entrevistas en profundidad sobre distintas dimensiones de la vida de las familias y cómo se han visto afectadas por la crisis. "La realidad de su vida cotidiana y sus dificultades concretas es algo que debe conocer la ciudadanía y los responsables políticos antes de plantear cuál es la mejor forma de enfrentar estos problemas", indica el estudio.

Primeros resultados

Del análisis efectuado se desprende que la incidencia del desempleo en Navarra es significativamente menor que en el conjunto del Estado, "pero su incidencia social en los hogares no ha sido tan distinta, debido a la concentración del impacto de la crisis en determinados sectores más desfavorecidos".

Así, se indica que la proporción de hogares en la que todos sus miembros están en paro (11.600 hogares) es 3,3 veces mayor en 2010 que en 2007. Los mecanismos de protección social (prestaciones y subsidios por desempleo, entre otros) han amortiguado la incidencia del desempleo en la situación social de los sectores más excluidos, "pero, aun así, el número de hogares sin ingresos se ha duplicado en el período 2007-2011, situando a Navarra, con el 2,9% de los hogares sin ingresos, en una posición intermedia, similar a la del conjunto del Estado".

Esta situación de ausencia de ingresos, estiman los autores, podría estar afectando a unos 7.000 hogares en Navarra. "La existencia de la Renta Básica debería haber evitado el crecimiento de los hogares sin ingresos. Sin embargo, la intensidad de entradas y salidas del programa, los retrasos en la tramitación y los requisitos de acceso parecen haber limitado notablemente su capacidad de cobertura", indican.

Por otra parte, se pone de manifiesto la gran función social que han desarrollado en estos años de crisis las entidades que atienden a los sectores más excluidos. El estudio, basado en datos registrados por las 18 entidades principales, revela un incremento del 36% en las personas atendidas respecto a 2007, estimándose que en 2010 han podido ser 35.000 personas. Es significativo el caso de algunas organizaciones como Cáritas, que ha aumentado un 60% la población atendida en este período.

En cuanto al perfil de las personas atendidas en 2010 por estas entidades, 4 de cada 10 son menores de 35 años, no tienen empleo (63%) ni ningún tipo de ingresos (52%) y viven en alquiler (72%). Las mujeres conforman en mayor medida este grupo (54%), "aunque los datos dejan en evidencia que la crisis ha golpeado proporcionalmente en mayor medida a los hombres" y su peso dentro del colectivo de mayor exclusión ha aumentado en 7 puntos porcentuales.

Dificultades y estrategias

Según la UPNA, el estudio de los casos individualizados ha permitido obtener una visión más cualitativa de las situaciones generadas. En muchos hogares, la imposibilidad de acceder a un empleo remunerado y los retrasos en la percepción de algunas prestaciones sociales han incrementado las deudas. "Por eso, ante extremas situaciones de necesidad que ponían en riesgo las necesidades básicas, incluso la pérdida del hogar, las entidades se han visto obligadas en algunos casos a adelantar estas prestaciones".

En coherencia con los datos aportados por dichas entidades, de los relatos de las familias entrevistadas se desprende que se han visto obligadas a acudir más habitualmente a recursos como el Banco de Alimentos, el ropero y el apoyo familiar para atender necesidades básicas. "Son alarmantes las dificultades para acometer los pagos de alquiler o hipoteca, pero también las obligaciones mensuales como luz y agua", señala el estudio. Para reducir costes, se reproducen estrategias como la convivencia de unidades familiares distintas en la misma vivienda o el retorno al hogar familiar.

En resumen, indican los investigadores, "el impacto de la crisis, que en otros sectores sociales se traduce en un ajuste de gasto o restricción del ocio, para las personas en dificultad social supone un aumento de las deudas, incapacidad de pagos e importantes obstáculos para satisfacer las necesidades básicas".

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