Audiencia de Valladolid ratifica 4 años por robar en un convento y poner una navaja en el cuello a una monja

Con setenta antecedes policiales, está considerado como un experto delincuente especializado en robos de colegios y centros religiosos

La Audiencia de Valladolid ha ratificado la condena de cuatro años de cárcel impuesta a Luis Miguel G.Y, el individuo que el pasado 21 de abril fue detenido en la capital, gracias a la colaboración ciudadana, tras intentar robar en el Convento Nazaret de las Siervas del Evangelio y poner en el cuello a una de las monjas una navaja de grandes dimensiones.

En su fallo, la Sala vallisoletana ha desestimado el recurso de apelación de la defensa y ha confirmado en todos sus términos la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 3, por la que se consideró al asaltante autor de un delito de tentativa de robo con intimidación en casa habitada y con uso de arma, con la circunstancia agravante de reincidencia, y se le impusieron cuatro años de prisión y otros doce días de localización permanente por la autoría de una falta de lesiones.

En concepto de responsabilidad civil, el condenado deberá indemnizar a la religiosa afectada con 900 euros por daños morales y con otros 1.985 euros, por daños y lesiones, al joven transeúnte que le redujo, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

El acusado, sin embargo, ha sido absuelto del delito de amenazas, aunque, también en el capítulo indemnizatorio, deberá sufragar los gastos derivados de la sustitución de la puerta principal del convento que fue forzada. Dicha cantidad se determinará en ejecución de sentencia.

Durante la vista, tanto el fiscal como la acusación particular, esta última en representación de la comunidad religiosa, mantuvieron una petición prácticamente coincidente y que consiste en cuatro años de prisión por delito de robo con intimidación, con la agravante de reincidencia; otros ocho meses de cárcel por delito de amenazas—el acusador particular eleva la solicitud a un año—, y doce días de localización permanente por una falta de lesiones.

Frente a tal petición, que incluía indemnizaciones de 1.100 euros para las hermanas por los daños ocasionados en la puerta del convento y otros 2.600 euros para el ciudadano que redujo al acusado y que resultó herido y con desperfectos en una camisa, la defensa solicitó un fallo absolutorio y, alternativamente, una condena mínima por una falta de tentativa de hurto.

En su declaración, el ya condenado, zamorano de 46 años y afincado en Asturias, con un historial a sus espaldas de setenta antecedentes policiales y varias condenas, reconoció que el día de autos, sobre las 13.00 horas del pasado día 21 de abril, entró en el Convento de las Siervas del Evangelio, sito en la calle Villanubla, en el barrio de La Victoria, con el propósito de llevarse algo de valor, si bien alegó que al ser sorprendido por una monja de edad avanzada optó por huir de forma precipitada, sin que en momento alguno llegara a amenazar a otra de las religiosas con una navaja de tipo mariposa y 13 centímetros de hoja con el fin de que abriera la puerta del inmueble y le dejara escapar.

Su alegato exculpatorio, sin embargo, fue contradicho por tres de las monjas, entre ellas la superiora, Clara R.G, y la propia amenazada, María Jesús R.M, quien ratificó que el asaltante, tras ser sorprendido cuando merodeaba la planta superior donde se encuentran los dormitorios, la agarró por el brazo en el mismo momento en que ella expresó su intención de llamar a la policía.

"Me amenazó para que abriera la puerta", sostuvo la testigo, quien también confirmó que el presunto ladrón le puso una navaja en el cuello de grandes dimensiones y color oscuro, ante lo cual la superiora optó por dar vía libre al procesado, que, según ambas, aún tuvo tiempo de girarse y dirigirles un inequívoco mensaje conminatorio: "No llaméis a la policía, no me sigáis que os rajo".

Monjas a la carrera

Pese a ello, las hermanas salieron a la carrera en persecución de Luis Miguel G.Y. al grito de "¡al ladrón, al ladrón!", ante lo cual algunos vecinos que se hallaban en las inmediaciones se sumaron a la caza del delincuente, hasta que finalmente uno de ellos, Pedro Antonio R.S, tal y como recordó éste en el juicio, le dio alcance en la zona del Parque del Canal de Castilla y logró reducirle, no sin que antes el perseguido le amenazara con rajarle y le acometiera con la navaja.

Sin embargo, desperfectos en la camisa a la altura del abdomen, un esguince de tobillo y erosiones en una rodilla producto de una caída fueron las únicas consecuencias sufridas por el altruista perseguidor, en cuyo auxilio acudió acto seguido la policía.

Los agentes, además de varios destornilladores, guantes y una linterna, requisaron al individuo la navaja en la orilla del Canal de Castilla, lugar al que había arrojado el arma tras ver a la policía y con el intento de hacer desaparecer toda prueba incriminatoria.

La policía le tiene por un experto delincuente contra la propiedad, con un número muy amplio de detenciones por hechos anteriores, de carácter itinerante, que no fija su residencia en ciudad alguna y únicamente recala temporalmente en aquellas que son objeto de su actividad delictiva.

Además, está considerado como un hombre peligroso, ya que no duda en emplear la intimidación y el uso de armas blancas en caso de ser sorprendido y verse acorralado.

Otros siete robos en la capital

A raíz de las investigaciones policiales practicadas entonces, se le imputaron otros siete hechos delictivos más, al concretarse que en los últimos meses se habían venido produciendo varios robos con fuerza similares en todos los aspectos al cometido en el convento 'Nazaret de las Siervas del Evangelio', habiendo sido reconocido en alguno de ellos por las víctimas de los robos.

En la lista de hechos delictivos que se le imputan se incluye un robo con fuerza en el convento 'Congregación Romana', registrado el 31 de octubre de 2010, donde fue sorprendido por varias monjas en el interior tras haber forzado una puerta para acceder al interior, huyendo del lugar.

Además, el día 7 de noviembre de 2010 cometió, supuestamente, un robo con intimidación en el colegio-residencia 'San Viator', donde accedió forzando varias puertas. Tras ser sorprendido por varios residentes en el interior, amenazó a los mismos con un cuchillo y un destornillador, para luego huir del centro.

Asimismo, se le implica en sendos robos con fuerza cometidos los días 10 y 13 de marzo del presente año en la 'Residencia La Salle' y el convento 'Hermanas Hospitalarias de Palencia', respectivamente, en los que el autor forzó las puertas de acceso y posteriormente entró en las oficinas.

También se le considera autor de otros robos ocurridos el 7 de abril de 2011 en la parroquia 'Inmaculado Corazón de María', en el que el autor, tras acceder al interior, forzó cuatro puertas de distintos despachos; el que tuvo por escenario el 13 de abril el centro docente 'Colegio Juan XXII', en el que forzó una ventana y diversas puertas de oficinas, o el perpetrado el 17 del mismo mes en el colegio San José de Valladolid, en el que violentó varias puertas y cajones de oficinas.

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