El vivir monitorizado no es algo nuevo para la familia Roy. Antes de que naciera el bebé, el resto de la familia ya había participado en diferentes experimentos que, en alguna ocasión, le exigía convivir bajo la vigilancia de cámaras y micrófonos.

Desde el balbuceo y los primeros pasos

El desarrollo del lenguaje ha sido una materia largamente estudiada por los científicos.

Roy espera que a través de la información que obtenga de este experimento, logre comprender cómo evoluciona el habla y como un niño pasa del balbuceo a las frases fluidas, una vez que ha cumplido los tres años.  La mayoría de los psicólogos opina que  'escuchar hablar' es muy importante, pero

Sin embargo, difieren sobre la importancia que tienen otros elementos, como los genes u otro tipo de estímulos.

Otros experimentos

Antes de que se iniciara el experimento del hijo de Roy, se habían llevado a cabo otros estudios en los que se había vigilado a madres con sus bebés, tanto en sus hogares como en el laboratorio.

Sin embargo, Roy opina que los resultados de estas pruebas no son del todo fiables, ya que el trasladar a los bebés a un entorno extraño influye en su comportamiento y en su aprendizaje.

Por ello, ha preparado todo un circuito de cámaras y micrófonos en su propio hogar, el lugar 'natural' de su hijo y donde, supuestamente, se encuentra más cómodo.

Las cámaras estarán encendidas desde las 8 de las mañana a las 22.00, y capturarán aproximadamente un 85% de las etapas del desarrollo del niño, desde sus primeros pasos a su tercer cumpleaños.

Para preservar su intimidad, Roy o su mujer pueden desconectar las cámaras o borrar algunos episodios de las cintas cuando lo deseen.

Roy destaca que, con este experimento, se podrán analizar los progresos de su hijo día a día, hora a hora.

Una selección de las primeras imágenes capturadas se pueden ver aquí .