"Trabajar para mejorar la calidad de vida de los animales es un campo de diseño totalmente olvidado por la industria. Es emocionante explorarlo". El diseñador industrial sueco Andreij Nylander (Estocolmo, 1986) dedicó su reciente proyecto de fin de carrera al diseño para animales.

Lejos de limitarse a productos para mascotas, ha decidido trabajar con uno de los pilares básicos de nuestra alimentación: las vacas lecheras. "Usar el diseño para mejorar las vidas de animales sistematizados por el ser humano es favorable. Las vacas son una parte importante de la cultura culinaria de Suecia, basada en lácteos, y deberíamos ser resposables de mejorar sus vidas todo lo posible".

En su proyecto Care for Cows (Cuidado por las vacas) desarrolló el peine masajeador para vacas, que permite a los animales seguir con una tendencia natural que mejora su ánimo y, por tanto, las hace más productivas. Es una pieza sencilla, duradera y fácil de limpiar, elaborada con plástico elástico. Entre sus propiedades está la de quitar parásitos y mejorar la circulación sanguínea en la cabeza y el cuello.

En su investigación visitó granjas, consultó a veterinarios y especialistas en comportamiento animal, que le dieron pistas sobre los hábitos de las vacas, que buscan instintivamente árboles para rascarse la cabeza y sentirse limpias y contentas. "Es incluso importante para su estatus social, porque se comunican y juzgan entre ellas frotando y lamiendo las cabezas".

Nylander cree que hace falta una concienciación que pasará por demostrar que este tipo de diseños son positivos para la producción de los animales. De momento, su rascador de vacas ya ha ganado el Red Dot Award, un premio internacional concedido por la institución del diseño industrial Red Dot en la ciudad alemana de Essen.