LAB denuncia que el Gobierno vasco apuesta por una política "procíclica y regresiva" en sus presupuestos de 2012

El sindicato LAB ha denunciado que el Gobierno vasco apuesta por una política "procíclica y regresiva" en la medida en que ha aprobado un recorte de gasto total del presupuesto de un 1 por ciento con respecto al de este año.

El sindicato LAB ha denunciado que el Gobierno vasco apuesta por una política "procíclica y regresiva" en la medida en que ha aprobado un recorte de gasto total del presupuesto de un 1 por ciento con respecto al de este año.

En un comunicado, LAB ha señalado que el Ejecutivo autónomo ha elegido "la peor" de las opciones para cuadrar las cuentas del próximo ejercicio.

"Ahora que las economías más potentes de Europa han entrado en una situación de estancamiento y previsiblemente las exportaciones caerán de forma importante, el Gobierno decide profundizar la política de recortes y lo hace ensañándose con el colectivo más vulnerable, el que está soportando las peores consecuencias de la crisis y la pobreza", ha reprochado

En ese sentido, le ha acusado de "mentir descaradamente" cuando asegura que se garantizan los servicios y las prestaciones sociales básicas, ya que, a su entender, es "imposible" mantener el mismo nivel de prestación de servicios públicos con menores dotaciones presupuestarias.

Asimismo, le ha reprochado que "no tiene entre sus prioridades el empleo" porque el capítulo de inversiones es el que ha sufrido un mayor ajuste. El sindicato abertzale ha advertido de que si durante los seis primeros meses de 2011 se han perdido 9.600 empleos, las decisiones presupuestarias "agravarán las malas perspectivas que se ciernen sobre la situación económica y laboral".

A su juicio, el proyecto presupuestario del Gobierno vasco está orientado a cumplir con "la disciplina impuesta desde Madrid", al tiempo que también ha dejado "su impronta" Confebask, ya que las cuentas recogen, entre su objetivos, "reducir el tamaño del sector público e incrementar la competitividad".

"En definitiva, patronal y Gobierno comparten el mismo un patrón de crecimiento, un modelo erróneo y basado en la demanda externa. Por eso, los costes salariales y el gasto social son considerados un lastre para la competitividad, y se adoptan políticas que terminan reduciendo la renta disponible de la clase trabajadora, deprimiendo la demanda interna y destruyendo empleo", ha concluido.

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