El padre del acusado del crimen de Horna: no había sangre ni barro en el lugar donde guardaba la escopeta

El padre del acusado de matar a su expareja en Horna (Guadalajara) en 2008 ha declarado que cuando descubrió que su hijo, Diego Z.L., había cogido la escopeta, cuatro días después de los hechos, "no había rastro de barro ni sangre" en el lugar donde la tenía guardada.

El padre del acusado de matar a su expareja en Horna (Guadalajara) en 2008 ha declarado que cuando descubrió que su hijo, Diego Z.L., había cogido la escopeta, cuatro días después de los hechos, "no había rastro de barro ni sangre" en el lugar donde la tenía guardada.

También ha reconocido que ni la Guardia Civil ni la Policía inspeccionó esa zona de su casa. Una declaración que contrasta con la de su hijo, quien afirmó que cogió la escopeta tras los hechos con la intención de suicidarse, lo que haría prever rastros de sangre o barro ya que Diego Z.L. dejó rastros más tarde en su huida.

"Nunca he percibido ningún episodio psicológico en mi hijo", ha agregado el padre del acusado, quien luego se ha desdicho reconociendo que sí sabía de que había sido diagnosticado de un trastorno psicológico y que tenía citas médicas en el área de psiquiatría.

Por otro lado, el padre del acusado ha afirmado sobre su hijo "que siempre ha sido una persona muy cariñosa y que sabía manejar un arma aunque no le gustaba la caza".

Además del padre del acusado, han testificado los dos compañeros de la fallecida M.M.M.A, dos amigos íntimos del acusado y las dos personas que encontraron el cuerpo. Todos los testigos han coincidido en señalar que la relación sentimental que mantenían acusado y víctima no era normal, y no iba más allá de la amistad con relaciones sexuales esporádicas.

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