Dos hermanas burgalesas reivindican el medio rural con un proyecto de cría de caracoles premiado por el MARM

La empresa cuenta con tres trabajadores y dispone de siete criaderos ubicados en la localidad de Villaespasa
Invernaderos De Caracoles De Helix Villaespasa
Invernaderos De Caracoles De Helix Villaespasa
HELIX VILLAESPASA
Invernaderos De Caracoles De Helix Villaespasa

Dos hermanas burgalesas han dejado la ciudad para trasladarse hasta la localidad de Villaespasa, a unos 40 kilómetros de la capital de la provincia, donde reivindican el medio rural a través de un proyecto de cría y engorde de caracoles destinados a la gastronomía que ha sido premiado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM).

El proyecto de 'Helix Villaespasa', formado por Isabel y Pilar Porras, se basa en torno a unos criaderos ubicados en la localidad burgalesa donde se crían y engordan estos moluscos gasterópodos que posteriormente son vendidos con destino a comercios y restaurantes.

Para ello, las responsables de la empresa se encargan de proveerles de lo necesario a fin de que puedan reproducirse, puesto que, a pesar de ser hermafroditas —cada miembro de la especie posee los órganos sexuales masculino y femenino—, no pueden autofecundarse, de manera que necesitan acoplarse a otro individuo.

Por ello, las dos responsables de 'Helix Villaespasa' compran también ejemplares que se unen a la población de la empresa a fin de aportar "sangre nueva" y evitar, de este modo, la endogamia, que resultaría "perjudicial" para la colonia, según ha explicado a Europa Press Isabel Porras.

Precisamente, las temperaturas suaves que predominaron durante el pasado mes de julio ha favorecido "una mayor procreación", de manera que 2011 ha dejado "muchos pequeñines" que actualmente pueblan los criaderos.

Partos de 110 MILLONES

Cada desove de caracol puede conllevar en torno a 110 nacimientos, si bien "muchos perecen", tras lo que se desarrollan en un plazo que varía en función de los propios individuos, de manera que el periodo de formación del caracol oscila entre los cuatro meses de los más precoces y los dos años de aquellos más tardíos.

Asimismo, entre diciembre y marzo, los caracoles hibernan, de manera que aquellos que, al llegar el invierno, no se han desarrollado todavía, permanecen en estado de letargo hasta la primavera siguiente, en la que culmina su fase de engorde previa a la venta.

Las instalaciones de 'Helix Villaespasa' constan de siete invernaderos instalados en un llano junto a la Sierra de la Demanda, forrados con malla verde y en cuyo interior se encuentran sembradas varias plantas de trébol, alimento preferido de estos animales.

A su vez, hay instaladas varias estructuras de madera que sirven de refugio a los caracoles y telas suspendidas del techo para que "se cuelguen". Durante la noche, los criaderos son regados para refrescarlo, durante los meses de no hibernación.

A pesar de que Isabel Porras reconoce que le gustaría "tener más trebol" en las instalaciones, la alimentación de estos gasterópodos se completa con pienso en el que prevalece el calcio para que puedan desarrollar sus características conchas.

"Nos gustaría tener más pienso, aunque el que lo tiene en su jardín no lo quiere", ha aseverado.

Localidad con dos familias

'Helix Villaespasa' cuenta con tres trabajadores y se sitúa en la localidad burgalesa de Villaespasa, a unos 40 kilómetros de la capital, un pequeño núcleo en el que, según ha explicado Isabel Porras, su población se reduce "a sólo dos familias" en invierno, aunque esta cifra aumenta con el buen tiempo.

Fue precisamente el deseo de ambas hermanas de dejar la ciudad e instalarse en el medio rural lo que las llevó a cambiar Burgos por Villaespasa, municipio de sus padres, en 2009.

Esta decisión incluyó la búsqueda por parte de Isabel y Pilar de un medio con el que ganarse la vida, pero fue un libro sobre caracoles lo que las convenció de optar por este trabajo, para cuya formación decidieron visitar otros criaderos similares.

A pesar de las dificultades iniciales, la "ilusión" de estas dos hermanas ha permitido que el proyecto fuera uno de los ganadores de los Premios a la Excelencia a la Innovación en la Mujer Rural del MARM, en el que obtuvieron una puntuación de 8,07, acompañado de una dotación económica de 25.000 euros.

"El premio fue una sorpresa, me presenté por recomendación de una amistad pero no lo veía muy claro", ha asegurado Isabel Porras, a la vez que ha añadido que el dinero servirá como un "empuje" al proyecto, que también recibió una ayuda de la Junta de Castilla y León.

Sin embargo, esta corresponsable de la empresa ha recordado que aún se encuentran "en pañales", con la dificultad añadida de que "esto no es una tienda", por lo que "cualquier error conlleva repercusiones en la producción de ejercicios sucesivos".

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