Más de un millar de personas han salido a la calle en Palma para protestar contra los recortes y el retraso en el pago de subvenciones por parte del Govern hacia entidades que prestan servicios sociales y que están dejando sin atención a más de 80.000 usuarios y afectando a unos 2.000 profesionales.

Trabajadores sociales y usuarios han participado en la marcha que ha comenzado en la Porta de's Camp para recorrer después algunas de las principales calles de la capital balear para finalizar la protesta frente al Consolat de Mar.

Las entidades sociales han querido con este acto llamar la atención ante el hecho de que las instituciones públicas han recortado este año en 45 millones de euros la financiación destinada a los distintos programas en este ámbito.

Uno de los portavoces del grupo de profesionales del ámbito social, Miquel Cruz, ha señalado en declaraciones a los medios que "la supresión de servicios, de programas y el ahogo económico que están padeciendo las entidades sociales que trabajan con la gente más pobre y más débil producirá un retroceso muy grande, de casi 30 años, en lo que respecta a derechos sociales".